La salud de un país viene determinada por multitud de factores. ¿Qué has comido hoy? ¿Cuántas horas te has pasado sentada o tumbada en el sofá?¿Has salido a caminar? ¿Has charlado con amigos o conocidos? ¿Has dormido suficiente? ¿Fumas? En conjunto y a lo largo de un tiempo, las respuestas a esas preguntas dicen mucho de la salud de una población. Además de esos datos sobre dieta y estilo de vida, estadísticas sobre enfermedades y esperanza de vida ayudan a elaborar las listas de "países más sanos para vivir" que vienen tan a menudo en la prensa.
Una de las más valoradas por la cantidad y calidad de los datos que coteja es la que publica la prestigiosa revista científica británica The Lancet. Pues bien, la última de ellas (que estudió datos hasta 2010) sitúa a España como "el país más sano de Europa (y posiblemente del mundo) para vivir". Y no, no es otro estudio más. Para realizarlo, un equipo internacional de científicos consultó fuentes médicas y estadísticas de una década acerca de 300 enfermedades, así como causas de mortalidad y factores de riesgo de 19 países distintos: los 15 de la Unión Europea, más Australia, Canadá, Noruega y los EE.UU.
Al final, España superaba a todos en salud. En concreto, la esperanza de vida media había pasado de los 77 a los 81,4 años en dos décadas. Y tanto o más importante para los científicos: la esperanza de vida con salud había saltado de los 66 a los 70,9 años. En 2014 la esperanza de vida media en España había aumentado ya hasta los 83,30 años. La de las mujeres era de 86,2 años y la de los hombres, de 80,4 años.
Con cifras como estas cabe preguntarse qué cosas hacemos bien en nuestro país para estar en lo más alto de esa clasificación. The Lancet citaba en su estudio como posibles razones de ese bienestar el hecho de que mantengamos una dieta rica en alimentos frescos de producción local, el uso del aceite de oliva, la costumbre de desplazarse caminando, la atención familiar a las personas mayores y el hecho de disfrutar de un clima benigno.
Comemos en casa, sentados a una mesa. Los estudios indican que, si comes de ese modo, tomas menos cantidad.
Callejeamos y vamos andando a los sitios. Caminar al menos media hora al día aumenta la esperanza de vida.
Charlamos con los amigos. Tener una amplia red social mejora la calidad y esperanza de vida.
Las verduras son parte esencial de nuestros guisos y sofritos, además de un plato en sí mismas. Cuantas más verduras, mejor salud. Por su parte, los sofritos de tomate y verduras tienen beneficios específicos añadidos, como ha demostrado el estudio Predimed.
Cocinamos con aceite de oliva. Solo este hábito reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas.
Seguimos comiendo legumbres de forma habitual, lo que aporta fibra y minerales a nuestra dieta que cuidan nuestro intestino y reducen el riesgo cardiovascular.
Comemos más pescado que el resto del mundo, exceptuando Japón. Nos aporta proteína de calidad y omega-3.
Bebemos un poco de vino con las comidas, y más tintos, que son ricos en antioxidantes, que blancos.
Echamos pimentón y ajo a los guisos, que nos aportan pigmentos antioxidantes y allicina, de efectos protectores.
Tomamos fruta como postre. Lo que supone más fibra y nutrientes.
Seguimos teniendo un sistema sanitario universal. Ello presupone el derecho a recibir atención médica y hospitalaria y beneficiarnos de campañas de prevención de enfermedades.
Pero, según la opinión de algunos expertos, habría que relativizar algunas de estas afirmaciones. Porque aunque las estadísticas manejadas en el estudio de The Lancet son objetivas y de alto valor, las posibles razones que citan para explicar nuestra mejor salud tienen un cierto "sesgo" que se acerca a la idea que tienen de España (y de los países mediterráneos en general) en los países anglosajones.
Por ejemplo, lo del clima agradable choca con los datos de longevidad, que año tras año llegan a la conclusión de que las tasas de esperanza de vida más altas corresponden a zonas de Madrid y Castilla y León (con un clima seco, frío en invierno y cálido en verano) y a comunidades del noreste (como La Rioja, País Vasco o Navarra), algunas de ellas con tantos días de lluvia como Alemania. En cambio, las regiones con más horas de sol (como Andalucía, Extremadura, Murcia o Canarias) arrojan las menores tasas de esperanza de vida del país, algo que, según muchos expertos, tendría que ver con niveles de vida más bajos en esas zonas.
Para poner las cosas en perspectiva, charlamos con el profesor Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de la Universidad de Navarra y en CIBEROBN y uno de los líderes del estudio Predimed, el más importante en su género realizado en el mundo. Con su ayuda, hemos elaborado una lista en la que analizamos los puntos fuertes de la salud que tenemos en España y, a continuación, otra lista con las debilidades o "fortalezas que estamos perdiendo". ¿Quieres saber por qué somos los más sanos? Descúbrelo en la siguiente página.
Nuestros carritos de la compra llevan cada vez más alimentos procesados y menos alimentos frescos.
Comemos menos en casa, con lo que controlamos peor los ingredientes.
Cuando comemos y cenamos en casa, lo hacemos muchas veces delante de la tele, lo que equivale a comer más y menos sano.
Cada vez cocinamos menos, sobre todo, primeros y segundos platos... aunque aumenta la afición por preparar dulces.
Cogemos más el coche para recorrer las distancias cortas, lo que supone caminar menos cada día.
Pasamos demasiado tiempo sentados. Cuanta más silla, peor salud.
Nos automedicamos cada vez más.
Ya no disfrutamos de uno de los sistemas sanitarios mejores de Europa. Según la lista de países con mejor sanidad del Euro Health Consumer Index, España ocupa el puesto 19 entre 35 países europeos.
Dedicamos cada vez más horas al ocio tecnológico, lo que reduce nuestra vida social.
Salimos menos al aire libre y nos exponemos poco a la luz solar, lo que aumenta el riesgo de déficit de vitamina D, esencial para la salud.
Tomamos demasiadas bebidas azucaradas, que disparan el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y de síndrome metabólico. C
onsumimos demasiadas carnes rojas, lo que aumenta el riesgo de cáncer.
Cambiamos la fruta por dulces como postre.
Tomamos pan blanco en grandes cantidades, sin enterarnos de que el integral es más saludable.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?