Adiós al ayuno

Entre las ventajas de no tener que cumplir con este ayuno mañanero los especialistas destacan una de carácter logístico: por fin podrán realizarse estas pruebas por la tarde. Hasta ahora, las analíticas de este tipo se hacían a primera hora para que el paciente no pasara más de las ocho horas de ayuno que trascurren por la noche, pero ahora que se puede comer se podrán hacer a cualquier hora del día.

Para los que estar sin comer las horas previas a unos análisis es más desagradable que el propio pinchazo, llegan buenas noticias. Un estudio realizado en Dinamarca, Canadá y EE.UU. ha comprobado que el ayuno previo no sirve para nada.

Antes se pensaba que comer antes de esta prueba alteraba los valores de sustancias como el colesterol, pero esta investigación ha demostrado que las cifras obtenidas son similares tanto si se ayuna como si no.

Como comer tampoco afecta a las otras variables que se miden en los análisis de rutina (como la función hepática o la renal), ya no tienes porqué pincharte con el estómago vacío.

¿Pasas sueño por el día? Pues revisa lo que comes, porque a lo mejor se te ha ido la mano con la grasa. Investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) han observado que quienes consumen una dieta rica en grasas sufren mayor somnolencia por el día e insomnio por la noche.