“El pronóstico de un melanoma depende de unos milímetros”

Mujerhoy: La beca que ha recibido es un reconocimiento muy importante... Marisol Soengas: Estamos felices, lo hemos conseguido a base de esfuerzo. De hecho, hemos tenido que pasar por el filtro del comité internacional de expertos de la MRA, que ha valorado trabajos de todo el mundo. Eso nos ha permitido acceder luego al premio Women in Scientific Research de LOréal París/USA y la MRA, que es la mayor fundación privada del mundo para el estudio del melanoma.

Mujerhoy: Da gusto ver a una mujer liderando equipos de investigación internacionales. Marisol Soengas: Sigue habiendo barreras para el acceso de la mujer a puestos de liderazgo en ciencia, pero también hay ideas que nos frenan. Por ejemplo, hay científicas que prefieren incorporarse a equipos liderados por hombres porque piensan que tendrán más éxito. Otras escogen puestos menos competitivos. Este premio demuestra que no tiene por qué ser así.

Mujerhoy: Pero es importante dar una mayor visibilidad a estos logros. Marisol Soengas: Sí, sobre todo, para demostrar que son posibles. La falta de autoconfianza es una limitación. Creo en el trabajo bien hecho, sin diferencias de género, eso que se conoce como "acción afirmativa". Pienso que las mujeres pueden ser líderes en cualquier cosa, si se lo proponen. Yo suelo pensar que si me invitan a participar en algo y pasado un tiempo me vuelven a invitar, voy por buen camino.

Mujerhoy: ¿Y a qué preguntas buscan respuesta los equipos en los que usted es la líder? Marisol Soengas: Los melanomas no tienen biomarcadores moleculares de diagnóstico y queremos identificarlos para detectarlos a tiempo, cuando la probabilidad de curación es mayor. También queremos saber cómo y por qué se inician, se paran y se reactivan las lesiones de melanoma.

Mujerhoy: Se trata de un tipo de tumor que hace metástasis con mucha facilidad, ¿verdad? Marisol Soengas: Sí, de hecho, nuestro consorcio ha identificado nuevos mecanismos por los que sus células "educan" al entorno para provocar unas condiciones favorables antes de difundirse y formar metástasis. Lo que queremos es desactivar esas señales. Para ello, observamos cómo se comporta el melanoma "en vivo" en modelos animales y con muestras de bancos tumorales. Nuestro objetivo final es atacar a las células de melanoma y ya tenemos para ello algunos compuestos que queremos validar y llevar a la práctica clínica.

Mujerhoy: ¿Se puede considerar un cáncer único en muchos aspectos? Marisol Soengas: Es el que tiene más mutaciones conocidas, lo cual le permite camuflarse y no ser detectado por el sistema inmunitario. Por suerte, tantas mutaciones suponen también más dianas y oportunidades para la inmunoterapia. Además, es el único tumor cuyo diagnóstico se basa en su tamaño. El pronóstico depende de diferencias de milímetros de grosor.

Mujerhoy: Y no es solo un cáncer de piel... Marisol Soengas: No, porque los melanocitos también están en las mucosas y en los ojos. Estos melanomas son menos frecuentes pero nos interesan porque se comportan de forma diferente. Por ejemplo, los que aparecen en los ojos metastatizan al hígado, y los que surgen en la piel se diseminan generalmente por todo el organismo.

Mujerhoy: ¿Y cómo saber si un lunar es un melanoma? Marisol Soengas: Los melanomas suelen cumplir la regla del "ABCDE": A, de asimetría (una mitad no es igual a la otra); B, de bordes irregulares, borrosos o desiguales; C, de color, que en el caso del melanoma no es uniforme; D, de diámetro, suele ser mayor de 5 mm; y E, de evolución: son una lesión que sufre cambios o ulceración.

Mujerhoy: ¿Ante una sospecha de melanoma, hay que recurrir siempre a hacer una biopsia? Marisol Soengas: Ahora existe la dermatoscopia, una prueba que permite ver la piel hasta una cierta profundidad sin necesidad de tener que realizar cortes. Es útil en algunos casos, aunque el melanoma es uno de los tumores más difíciles de diagnosticar. De hecho, la mayoría de las demandas por mala práctica en oncología médica se producen por diagnósticos erróneos en casos de melanoma.

Mujerhoy: Sin embargo, ha mejorado mucho la esperanza y calidad de vida de los enfermos. Marisol Soengas: La mayoría de casos de melanoma diagnosticados tempranamente se curan con cirugía. Un porcentaje de ellos se difunde a otras partes del organismo y son más difíciles de tratar. Aún así, quiero dar un mensaje de optimismo, porque hemos pasado de un 10% de respuestas clínicas a un 60 o 70%, y ello ha sido gracias a la investigación y a los nuevos tratamientos con inmunoterapia, con terapias dirigidas o combinadas. Incluso hay estudios prometedores con vacunas.

Mujerhoy: ¿Qué tipo de conducta está más relacionada con este tumor? Marisol Soengas: Sin duda, la exposición al sol en la niñez y la adolescencia. Las quemaduras solares a esas edades pueden dañar el ADN de los melanocitos y favorecer futuros melanomas. Me ha alegrado participar en la iniciativa Sombra Solar, que anima a los colegios a instalar zonas de sombra en los patios y a que los niños y niñas lleven gorros en el exterior. Algunos pasan horas en los recreos sin sombra.

Mujerhoy: ¿Y qué hay de las cabinas de bronceado? ¿Y de tomar el sol para ponerse morena? Marisol Soengas: Está demostrado que las cabinas aumentan el riesgo de melanoma. En cuanto al riesgo de las quemaduras solares, depende del tipo de piel: por ejemplo, los pelirrojos y las personas de piel clara deben tener mucho cuidado. También es importante la altitud y la latitud: no es lo mismo estar tomando el sol en Noruega que en Cuba. Y el horario, porque no es igual el sol de las 12 de la mañana que el de las seis de la tarde. Y está por supuesto el tiempo de exposición...

Mujerhoy: ¿Y cómo hay que aplicarse las cremas solares para que sean eficaces? Marisol Soengas: Una o dos veces en toda la tarde no es suficiente en absoluto. Un SPF 50 no garantiza nada, ese número solo indica cuánto tiempo se puede estar al sol sin que se produzcan quemaduras, no indica que desaparezca el riesgo de cáncer. Otro problema son los productos que no resisten el agua. Por supuesto, no hay que aplicarse cualquier crema: hay que utilizar las que ofrecen todas las garantías dermatológicas y de seguridad y que protegen frente a los rayos UVA y UVB. Y no hay que olvidarse de protegerse los ojos, tanto en la playa y en la montaña.