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Las mujeres con un diagnóstico de migraña tienen algo más de lo que preocuparse, además de su dolor de cabeza: su corazón. Se ha comprobado que en ellas padecer este transtorno neurólogico incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (como infartos e ictus) y de fallecer por estos problemas. Es la conclusión de un artículo publicado en The British Medical Journal.
En las mujeres con migraña, los estrógenos descienden más rápidamente durante el ciclo menstrual. Así lo ha comprobado un estudio realizado por la Escuela de Medicina Albert Einstein en Nueva York (EE.UU.) que asegura que este descenso acelerado las hace más vulnerables ante desencadenantes de la migraña, como el estrés.
Un alto porcentaje de migrañosos presentan también deficiencias de vitamina D, B2 y coenzima Q10. Además, las mujeres son más propensas al déficit de coenzima Q10 y los varones al de vitamina D, según los datos de este análisis del Centro Médico Hospitalario de Cincinnati (EE.UU.)
Durante el embarazo hay que consumir más folatos.
La menopausia cambia nuestros ritmos circadianos y, con ellos, nuestra capacidad para dormir. Es lo que se desprende de una investigación de la Universidad de Murcia que ha demostrado que en las mujeres menopáusicas se altera el ritmo diario del cortisol, lo que se asocia a trastornos del sueño.