Diabetes de viaje

Si usas insulina rápida, averigua qué cantidad de hidratos poseen los alimentos más habituales de tu destino. Tampoco está de más que aprendas cómo se escribe la palabra hidrato en el idioma del país, para que puedas identificarlo en las etiquetas de los alimentos procesados.

Cualquier imprevisto puede dar al traste con tu horario de comidas. Lleva siempre contigo alimentos ricos en hidratos, pero bajos en calorías: mejor una fruta o un pequeño bocadillo que un bollo.

Si tu viaje incluye caminar durante todo el día, controla tu glucemia más a menudo para poder adaptar tu ingesta de hidratos a esa actividad física que no realizas habitualmente.

Una gastroenteritis puede amargarle una visita al extranjero a cualquier viajero. Pero si eres diabético el problema es mayor, porque las alteraciones gastrointestinales desequilibran los niveles de glucemia y aumentan el riesgo de sufrir una hipoglucemia. Como más vale prevenir que curar, toma siempre agua embotellada, nunca uses hielo, evita las ensaladas y pela tú las frutas.

¿Riñes a tu hijo cuando se chupa el dedo o se muerde las uñas? Quizá no deberías. ¿La razón? Los niños que lo hacen son menos propensos a desarrollar sensibilidades alérgicas en la edad adulta, o al menos eso afirma una investigación de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda).