Alertas por contaminación

Máscaras desechables. Sí, las que venden en la farmacia que cobren la mitad de la cara, tapando la boca y la nariz. Sirven para proteger las vías respiratorias del dióxido de carbono y, como su nombre indica, se tiran después de cada uso. ¡No las reutilices!

Máscaras permanentes. En las grandes ciudades chinas, donde la contaminación ya es endémica, o en urbes extremadamente educadas como Japón, donde sus ciudadanos extreman la precaución tanto ante la polución como ante los virus ajenos, la ciudadanía se ha acostumbrado a protegerse con máscaras de tejidos más duraderos, graciosamente customizadas a gusto de la consumidora.

Purificadores de aire. Aunque hasta ahora los comprábamos para disminuir en lo posible las alergias en casa, la experiencia de otras ciudades como París o Londres nos recomienda enchufarlos también para depurar el aire del hogar de la contaminación exterior. ¡El ambiente de una casa puede llegar a estar hasta cinco veces más contaminado que el aire del exterior!

Cremas de protección. Los expertos advierten de que existe una relación entre la contaminación y la aparición de léntigos (pequeñas manchas oscuras que salen en la piel). Además, el Instituto de Salud Pública francés confirma que la polución puede llegar a ocasionar erupciones, deshidratación y envejecimiento prematuro. Se imponen cremas que ejercen efecto barrera, mejor si además tienen en su coposición vitamina C, que combate la oxidación. City Miracle, de Lancôme, ha sido testada en las ciudades más contaminadas del mundo, con Shangay a la cabeza.