Un viaje en globo. / GTRES

vivir

La digestión, clave para evitar los gases

Si a menudo notas que tienes el abdomen hinchado, gases o ardor de estómago, sufres los efectos de una mala digestión.

En la digestión interviene, desde la forma de masticar y el tipo de comida que ingerimos, a los procesos orgánicos de nuestro cuerpo para llevarla a cabo, tal como explica la health coach, Rocío Río de la Loza. Así, la experta asegura que, por un lado actúan la saliva, la bilis, el ácido clorhídrico del estómago y por otro, otros fluidos que se encargan de que el proceso digestivo se lleve a cabo con éxito en el organismo. Las malas prácticas que podamos realizar en cualquier parte del proceso, alterarán su buen funcionamiento y tendrán como resultado una mala digestión.

No masticar bien o masticar rápido, comer en exceso o ingerir muchas grasas de alimentos poco saludables, son los principales problemas que ocasionan este tipo de trastornos. Este problema digestivo se denomina dispepsia, normalmente no tiene causa orgánica aparente, por lo que modificando nuestros hábitos alimentarios podemos minimizar los efectos negativos.

Mejorarás la digestión si...

  • Lo primero que debemos hacer es analizar qué estamos comiendo, cuándo lo comemos y cómo lo estamos ingiriendo. Serán los tres aspectos fundamentales que resolverán los efectos de la mala digestión.

  • Qué tipo de alimentos comer: habitualmente hacemos referencia a lo que denominamos comida saludable y llevar una vida saludable, pues bien, estas buenas prácticas son las que debemos tener en cuenta. La dieta mediterránea y los alimentos bajos en grasa, además de aportarnos una buena nutrición y vitaminas, favorecen nuestro tránsito intestinal y una digestión correcta. Fruta, pan integral, cereales, carnes blancas y pescado, serán nuestros mejores aliados.

  • Cómo comer estos alimentos: Despacio, despacio es la palabra. Debemos comer y beber despacio y calmados, sin estrés. Como mínimo deberíamos destinar al menos 30 minutos para cada comida y evitar hacer una actividad física intensa después de ingerir alimentos. Cortar la comida en trozos pequeños y masticarlos como mínimo 20 veces ayudarán a que el estómago tenga que realizar un menor esfuerzo, por lo que la digestión será más fácil. Por último, antes de dormir debemos evitar las comidas copiosas y realizar cenas ligeras.

  • A qué hora ingerir alimentos: La regularidad en los horarios es fundamental. Tenemos que procurar realizar las comidas a las mismas horas. Es mucho mejor comer menor cantidad y con mayor frecuencia, que más cantidad en menos comidas. Cinco o seis comidas al día será la cifra ideal que debemos marcarnos.

  • Si conseguimos seguir todos estos consejos y llevar una vida saludable, incluyendo rutinas de deporte habitual, veremos como poco a poco desaparecen todos los efectos negativos de la mala digestión y sentiremos un bienestar en nuestra rutina habitual.

Además de modificar determinados hábitos para evitar padecer los incómodos efectos de una mala digestión, es importante cuidar la alimentación. Según el Dr. Josep Merlo Mas, miembro de Saluspot y director de la Clínica ServiDigest, Servicio de Endocrinología y Nutrición, estos son algunos de los alimentos más flatulentos.

  • Col, coliflor, alcachofas, coles de Bruselas.

  • Legumbres en general (aunque antes de retirarlas por completo de la dieta se debe intentar cocinarlas de tal modo que mejore su digestibilidad).

  • Alimentos más grasos: fritos rebozados, snacks...

  • Edulcorantes: sorbitol, manitol, etc.

  • Bebidas con gas: gaseosas, cerveza, refrescos.

  • Salvado.

Del otro lado, el experto aconseja incluir en la dieta alimentos fermentados, tipo yogur o Kéfir, pues estos ayudan a mantener un buen equilibrio de la flora intestinal. Si se prefiere no consumir lácteos hay otras opciones de alimentos fermentados que se pueden añadir en la dieta, como por ejemplo las ciruelas umeboshi: producto de origen japonés que se puede añadir en las ensaladas, verduras, arroz e incluso para hacer vinagretas.

También es recomendable consumir las frutas y verduras de temporada y maduras porque así la digestibilidad de las fibras es mucho mejor.

Evitar seguir una dieta basada en productos fríos (cenas de fruta, cenas de ensaladas...) es otra recomendación básica. Una forma de facilitar la digestión es añadir una sopa antes de la comida o acabar la comida con una infusión. Este detalle hace que la digestión sea más fácil que si solo se consumen alimentos fríos. Esto no quiere decir que siempre se tenga que comer caliente, pero si que se deberían combinar comidas frías con otras que contengan alimentos cocinados.

A la hora de cocinar, también existen modos de favorecer la digestión, según el Dr. Merlo, además de que recuerda que algunas hierbas carminativas ayudan a mejorar la digestibilidad. Simplemente añadiendo orégano, laurel, anís estrellado, comino, etc. en la preparación de guisos, estofados o postres se puede mejroar la digestión. También en este sentido son muy útiles las infusiones digestivas después de las comidas. Así, asegura que puede resultar útil para quienes sufran gases a menudo una infusión mezclando comino, anís verde o estrellado, alcaravea y cilantro y tómala justo después de haber comido y cenado.