Una enfermera mostrando antibióticos. / fotolia

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Antibióticos a examen

En cuanto llega el frío, los catarros y las toses, les reservamos un hueco en el botiquín. ¿Pero qué sabes realmente de ellos?

En reserva. No siempre es necesario tomar antibióticos por mucha tos que tengas o muy mal que te sientas. Los catarros y la gripe esconden al mismo culpable que algunos casos de bronquitis aguda, un virus, y contra los virus los antibióticos no sirven de nada.

Mejor, sin alcohol. Las familias de antibióticos que normalmente se usan en infecciones respiratorias, urinarias y de garganta (macrólidos y quinolonas) disminuyen su efecto si bebemos alcohol. Y si estamos tomando cefalosporinas (para infecciones de la piel) o metronizadol (para las de la boca o vaginales), las consecuencias son más desagradables: náuseas, vómitos, ansiedad e incluso taquicardia e insuficiencia respiratoria

No los pidas:

El 46% de las personas ingresadas en un hospital español reciben un tratamiento antibiótico, así como la tercera parte de los pacientes que acuden a su médico de atención primaria, según los datos de la Agencia Española del Medicamento, que además advierte de que el 50% de esos tratamientos son inadecuados. Este uso inapropiadoes peligroso, porque incrementa la morbilidad y la mortalidad de los procesos infecciosos.