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Vitamina D. La fría luz invernal puede provocar un descenso en nuestros niveles de esta vitamina y condenarnos a pasar el invierno con el pañuelo en la mano. ¿Por qué?
Porque las personas con niveles bajos de vitamina D (38 ng/ml) sufren más infecciones virales, como la gripe. Lo han descubierto investigadores de la Universidad de Yale, que recomiendan tomar 15 minutos de sol al día.
Probióticos. Se han llevado a cabo múltiples estudios con diferentes bacterias probióticas (Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus GG...) y todas han demostrado efectos sobre nuestra inmunidad, por ejemplo, estimulando la fabricación de linfocitos (glóbulos blancos) o reforzando la barrera intestinal contra las infecciones.
Las células NK (natural killers) forman parte de nuestro sistema inmunitario. De hecho, son las encargadas de prevenir algunos tipos de infecciones virales muy frecuentes, como las provocadas por el herpes simple tipo 1 y el virus de la gripe.
¿Sabes cuál es el remedio natural más efectivo para activarlas y reforzarlas? La risa. O, al menos, eso afirma un estudio realizado por la universidad californiana de Loma Linda (EE.UU.).