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Son una excelente fuente de fibra. Las mujeres deben consumir 25 gramos de fibra cada día y los citrinos pueden ayudarte a cumplir ese objetivo. Una naranja tiene hasta 2,3 gramos de fibra y una mandarina, 1,6 gramos. Además, casi dos terceras partes de la fibra de los cítricos es soluble , lo que significa que favorece la reducción del colesterol y regula los niveles de glucosa en sangre. El resto de la fibra, insoluble, ayudará a tu sistema digestivo a ser más regular y a tu apetito a mantenerse a raya.
Son buenos para el corazón. Son ricos en flavonoides, unos componentes que ayudan a la salud cardiovascular. En el caso del pomelo se han encontrado componentes antioxidantes que ayudan a reducir el colesterol LDL, conocido como “el malo” y los triglicéridos.
Están repletos de potasio. Además de los plátanos, los cítricos son una gran fuente de este mineral, importante para regular la contracción muscular y el equilibrio mineral del organismo. Comiendo alimentos ricos en sodio se reduce en un 21% el riesgo de ictus y de enfermedad cardiovascular . Además, te ayudará a absorber mejor los nutrientes.
Son muy hidratantes. Como los pepinos, la sandía y los tomates, los cítricos tienen un alto contenido de agua (las naranjas, 87%, los pomelos, 88%), esto te ayudará a mantenerte hidratada lo cual permitirá que el organismo funcione correctamente. Otra ventaja, es que los alimentos ricos en agua son saciables y bajos en calorías.
Harán lucir tu piel siempre joven. La vitamina C juega un papel importante en la producción de colágeno lo que mejorará el aspecto y la textura de la piel. Aunque se necesitan más estudios sobre el asunto, una investigación de 2007 encontró que las personas que consumían muchos alimentos ricos en vitamina C tenían menos arrugas y su piel era menos seca que la de aquellos que no comían ese tipo de alimentos.
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