Una chica comiendo patatas / getty

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Patatas más sanas

No son sólo una fuente de placer culpable, estas doradas bombas de calorías también contienen acrilamidas. ¿Quieres saber cómo eludirlas?

El problema. Las acrilamidas se producen cuando sometemos los alimentos ricos en azúcares y aminoácidos a altas temperaturas para cocinarlos y se las ha incluido en la lista de "probables cancerígenos". Pero existen formas de disminuir su creación al cocinar una fuente de patatas fritas.

Las claves. ríelas a un máximo de 160ºC (nunca por encima de 180ºC), en aceite de oliva o de girasol alto oleico y sin dorarlas demasiado o la cantidad de acrilamidas se triplicará. Además, no las almacenes nunca en la nevera, emplea patatas nuevas que no hayan pasado mucho tiempo almacenadas ya que estas contienen mucho más azúcar, y antes de freírlas déjalas en remojo peladas y cortadas durante unos 15-30 minutos.

Los dorados y crujientes

  • Las patatas fritas son solo uno de los alimentos ricos en acrilamidas que se esconden en casi todos los alimentos fritos y horneados. Desde la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) avisan de que deberíamos controlar el consumo de los que contienen mayores concentraciones de estas sustancias: el café, los aperitivos, los cereales para el desayuno y las galletas.