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Asma infantil: el riesgo de no saber qué hacer

El 10% de los menores sufren este problema. Una correcta educación del niño y de su entorno es la mejor prevención

Un niño con un inhalador / cordonpress

Marisol Guisasola
Marisol Guisasola

Hace un par de años, Nacho Torres, que tenía nueve en aquel momento, sufrió una crisis asmática en clase de Matemáticas. Como se había dejado la medicación en su abrigo (el inhalador con cámara espaciadora con el broncodilatador de rescate), pidió permiso para ir a su taquilla. Pero el profesor le dijo que esperara. Cuando finalmente le dejó ir, Nacho respiraba con mucha dificultad y se mareó. Por suerte, el colegio está cerca de un hospital y, tras un tratamiento de urgencia, se recuperó. Hoy, sigue su tratamiento de corticoides y no sale de casa sin su medicación de rescate.

"Los ingresos en los servicios de urgencias por ataques de asma se pueden prevenir con una educación adecuada, tanto del niño como de la familia, el colegio, los cuidadores y demás personas del entorno cercano", explica el dr. Santiago Rueda Esteban, neumólogo pediatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Este especialista es miembro del Grupo de Asma y Educación de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, que organiza cada año Cursos de Educadores en Asma en varias ciudades españolas (el próximo, será en Jaén, los días 24 y 25 de marzo). "Alrededor de un 10% de los niños y adolescentes en nuestro país son asmáticos, lo que significa que en una clase de 30 alumnos habrá al menos tres de ellos", asegura el dr. Rueda Esteban.

Esta enfermedad crónica es la primera causa de absentismo escolar

El asma es, además, la primera causa de absentismo escolar en nuestro país. Muchas de estas ausencias se producen porque los padres temen que el menor no sepa actuar o no sea bien atendido si tiene una crisis. Para combatir ese desconocimiento, las sociedades pediátricas que tienen relación con esta enfermedad han participado en la elaboración de la Guía Española del Manejo del Asma (GEMA) y el Manual del Educador en Asma. "El objetivo es aumentar la autonomía del menor y reducir el impacto de la enfermedad. Hay que insistir en una realidad: el asma es una enfermedad crónica y a menudo exige tratamientos y cuidados diarios. Si el niño los sigue, mejorará y, a la larga, incluso podrá reducir las dosis de fármacos", aclara la dra. Carmen Luna Paredes, neumóloga pediatra del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Si no mejora...

Pero las crisis dan pistas. Si a pesar del tratamiento, el niño no mejora, sigue con síntomas, continúa tosiendo por la noche... hay que pensar que quizá no está tomando el tratamiento a diario o que no utiliza bien los dispositivos de inhalación. "Por ejemplo, si no sabe usar un inhalador con cámara espaciadora, no estará recibiendo las dosis que necesita de medicamento y se estará infratratando, con el riesgo de que sus síntomas empeoren. De igual modo, si no emplea la medicación de rescate a tiempo, su riesgo de hospitalización e incluso el de fallecimiento aumentará. Por eso es tan vital la educación en el asma", declara rotunda la especialista del 12 de Octubre.

Antes de los cinco años, los problemas suelen ser infecciosos, no asmáticos

Toses, sobre todo por la noche y por la mañana, pitidos (sibilancias), dificultad para respirar, jadeos, opresión en el pecho... son los síntomas claves del asma. El cansancio, la inactividad, la voz entrecortada son otros signos que deben ponernos alerta. "Cuando nos llega a la consulta un niño mayor de cinco o seis años con esos síntomas, debemos averiguar si tiene antecedentes familiares de asma, ya que esta enfermedad tiene un componente genético y, si uno de los dos padres es asmático, la probabilidad de que ese niño tenga asma es mucho mayor", aclara por su parte el dr. Rueda. Otro dato muy importante es saber si tiene antecedentes de alergia o de atopia, como por ejemplo la dermatitis atópica (eccema), la rinitis, la conjuntivitis... ya que esos problemas alérgicos están relacionados con esta enfermedad.

Sabías que...

  • NO se debe a un catarro mal curado.

  • NO es una enfermedad infecciosa ni contagiosa.

  • SÍ es una enfermedad crónica e inflamatoria, con un componente hereditario, asociada con alergias y atopias.

  • SÍ, los bronquios y bronquiolos de las personas asmáticas son muy sensibles, y cuando están expuestos a ciertos desencadenantes, se estrechan.

  • SÍ, pueden desencadenar asma alérgenos como el polen, las infecciones víricas, el humo del tabaco y los vapores químicos; algunos medicamentos y aditivos alimentarios; los esfuerzos físicos y a las manifestaciones de emociones intensas como, por ejemplo, la risa.

  • NO suele darse asma en niños menores de cinco años. Los problemas respiratorios a esa edad son casi siempre de origen infeccioso, no asmático.

  • SÍ, el tratamiento del asma es crónico.

  • SÍ, se puede hacer deporte con asma, siempre que se siga adecuadamente el tratamiento.

  • SÍ, el asma puede aparecer a cualquier edad.

  • NO, los síntomas no son siempre los mismos. Algunos asmáticos los tienen todos, mientras que otros solo padecen tos o pitidos.

Los factores ambientales son igualmente relevantes, "por eso, preguntamos si hay fumadores en el domicilio, si viven en una zona contaminada, si hay humedades o polvo en la casa... Tras la auscultación y el examen físico, hacemos pruebas funcionales respiratorias para saber hasta qué punto están obstruidas las vías y pruebas cutáneas a alérgenos para poder identificarlos, dar recomendaciones para evitarlos y reducir así los síntomas que provocan", continúa el dr. Rueda.

Llegados a este punto, toca aclarar un detalle importante. Y es que muchas madres con niños pequeños que acuden al pediatra alarmadas por las dificultades respiratorias de sus hijos se sorprenden al saber que sus pequeños de tres o cuatro años sufren una infección vírica y que, aunque pueden producir daños en las vías aéreas, sus síntomas no son de asma ni están provocados por alergias. "De hecho, una gran mayoría de niños superan esos problemas respiratorios con la edad y no desarrollan enfermedad asmática", aclara el dr. Rueda.

¿Y si sus temores se confirman y el niño es asmático? Para esos padres, el especialista propone estos consejos: "No pongáis la etiqueta de enfermo a un niño asmático; si sigue su tratamiento, llevará una vida normal. Consultad las dudas al pediatra y no dudéis en aprender y explicar al resto de personas de su entorno los síntomas de la enfermedad y cómo y cuándo administrar la medicación de rescate. En el asma, como en el deporte, el entrenamiento es vital".

Info Sociedad Esp. Médicos Generales y de Familia: www.semg.es. Sociedad Esp. de Neumología Pediátrica: www.neumoped.org.Estudio Int. Asma y alergias en la infancia: isaac.auckland.ac.nz.

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