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Ojos llororos, destilación nasal, estornudos... ¡Ya está aquí la alergia! Se calcula que más del 20% de la población padece alguna alergia respiratoria y las cifras no dejan de aumentar. Polución, cambio climático... ayudan a explicar ese aumento. En cambio, la desinformación prolonga y complica el problema.
Para despejar mitos, hemos hablado con la doctora Carmen Vidal, jefe del Servicio de Alergología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela y vicepresidente de la SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica).
Mucha gente lo piensa, pero no es así. Además de la alergia a los pólenes, hay muchos otros alérgenos (ácaros, hongos...) que pueden provocar síntomas en cualquier otra época del año. Incluso hay pólenes, como los del abedul, olivo, plátano de sombra y otros, que pueden desencadenar alergia al final del invierno.
Luego, ya en el corazón de la primavera, las gramíneas son las principales responsables. Al llegar el verano, y a menudo solapadas con las anteriores, empiezan a actuar los pólenes de maleza. "Todo depende del polen causante de la alergia y del nivel de exposición al mismo", aclara la doctora Vidal.
No son los responsables, pero sí influyen en el recuento de pólenes y, a mayor cantidad de polen en la atmósfera, más posibilidades de sufrir síntomas. Como la humedad también afecta a la mucosa respiratoria (cuanto más seca, mayor adherencia ofrece a los pólenes), puede aumentar o reducir la intensidad de los síntomas.
Los principales hongos que están relacionados con la alergia respiratoria son la alternaria y el aspergillus. La alternaria suele detectarse en mayor cantidad en los meses de verano y en zonas con alta humedad ambiental. En cambio, el aspergillus es más frecuente en las viviendas, por lo que está presente todo el año.
El resfriado suele resolverse en unos siete días. Uno de sus síntomas es un moco inicialmente líquido que luego evoluciona a más denso. Aunque los estornudos pueden darse tanto en el resfriado como en la alergia respiratoria, en esta suelen agruparse en salvas o tandas de estornudos seguidos.
El taponamiento nasal también es común, pero en la alergia respiratoria suele ir acompañada de enrojecimiento, lagrimeo y picor en los ojos, los oídos y el velo del paladar. "Un dato muy relevante es que los síntomas cedan o regresen en circunstancias similares, por ejemplo, que aparezcan siempre cuando estamos en un lugar concreto. Cuando eso sucede, hay que pensar en una alergia. Una prueba diagnóstica puede luego determinar el alergeno responsable de los síntomas2, afirma la dra. Vidal.
"La alergia se puede presentar en cualquier momento de la existencia. De hecho, los alergólogos vemos a muchos pacientes con 30 años y más que debutan con una alergia a esa edad. Y no digamos si hablamos de alergia a medicamentos, que puede aparecer incluso en edades avanzadas. Siento dar la noticia, pero la alergia, en general, no tiene edad", puntualiza la especialista.
Hay una fuerte relación entre ambas patologías. De hecho, entre el 50 y el 80% de los casos de asma tienen una causa alérgica.
La sensibilización alérgica forma parte de un grupo de enfermedades complejas en las que hay una fuerte interacción entre genes y factores ambientales. Sin embargo, un paciente con predisposición genética, e incluso con pruebas cutáneas positivas, puede no llegar a tener síntomas alérgicos jamás. "Solo se puede hablar de alergia si esa persona desarrolla síntomas al exponerse al agente causante de la sensibilización", aclara la dra. Vidal.
En realidad, depende del lugar en el que vivas, porque las personas con susceptibilidad genética suelen acabar desarrollando alergia a agentes muy presentes en su medio. De hecho, por ejemplo, hay más alergia al polen del olivo en Andalucía y más alergia al polen de abedul en Galicia.
Por esa misma razón, podemos desarrollarla a otros agentes diferentes al cabo de un tiempo de exponernos a ellos. Por ejemplo, una persona que viva en Jaén y es alérgica al polen del olivo, puede pasar por un periodo sin síntomas alérgicos al trasladarse a La Coruña... para acabará desarrollando alergia al polen de otra planta abundante allí.
Al contrario. Son muy eficaces, si están bien indicadas. Para ello, hay que realizar lo que los alergólogos llaman diagnóstico molecular. "La respuesta es que sí son eficaces siempre que un alergólogo haga la indicación a partir de un diagnóstico preciso", puntualiza la dra. Vidal.
Mejora los síntomas de la rinoconjuntivitis y el asma. "Un reciente estudio con unos comprimidos de ácaros ha demostrado que esta inmunoterapia reduce la frecuencia y la gravedad de las exacerbaciones de asma", aclara la especialista. La principal guía internacional de asma ha incluido este tratamiento entre sus recomendaciones.
Están en desarrollo nuevos productos para el tratamiento del asma en forma de inhaladores con nuevas moléculas y nuevos dispositivos de inhalación.
"Las irrigaciones nasales con sprays salinos pueden ayudar a aliviar las molestias en momentos determinados, pero no son suficientes", explica la experta de la SEIAC.
Las estadísticas demuestran que la rinitis alérgica tiene un gran impacto en la calidad de vida y está detrás de muchos casos de absentismo laboral, social y escolar.
La realidad es que puede ocurrir en cualquier momento y sin síntomas previos. La sintomatología del shock anafiláctico es variable, pero son típicos el prurito en las palmas de las manos y las plantas de los pies, seguido de picor generalizado; erupción; dificultad para respirar; dolor abdominal; hinchazón de cara; mareo y perdida de conocimiento. Requiere atención médica de urgencia (llamando al 112).
Sal a caminar o a correr solo cuando el recuento de polenes es más bajo (antes de las 10 horas).
Dúchate y cámbiate cuando vuelvas a casa.
Airea la casa temprano por la mañana y evita abrir las ventanas después.
Retira las alfombras y pasa el aspirador con frecuencia.
Cambia los filtros del aire acondicionado como indica el fabricante.
Lava a menudo la ropa de tu cama.
Viaja con las ventanillas del coche bien cerradas y pon el aire acondicionado, que es un filtro muy eficaz.
Evita los viajes en moto o en bicicleta.
Utiliza gafas de sol si tienes que salir al exterior.
Si los síntomas de picor e irritación se acentúan, cúbrete la cara y los ojos con un paño humedecido con agua fría o date una ducha dejando que el agua corra por la cara.
Relájate. Un estudio de 2014 comprobó que los sujetos más estresados tienen más brotes de alergia. El estrés tiene un efecto pernicioso en las defensas y en la susceptibilidad a desarrollar alergias.
Además de ofrecer datos sobre todo tipo de alergias, esta página ofrece información sobre niveles ambientales de pólenes y la app Polen Control, que sigue la evolución del usuario.