vivir
vivir
Ha tenido que publicarse una investigación en The New York Times para que la generalidad se crea lo que muchas tenemos claro desde hace años: si las mujeres descansamos menos y peor, es lógico que rindamos menos en el trabajo. La razón de este desajuste no es solo que tengamos más carga de trabajo en casa, la famosa segunda jornada, y en muchos casos la tarea de cuidar de los niños, la tercera. También, que nuestro cerebro está cableado de manera distinta y necesita más horas de sueño. Más que ellos.
Los datos del estudio que publica el diario neoyorquino son estadounidenses, pero no es arriesgado pensar que pueden extrapolarse sus conclusiones. La socióloga Suzanne Bianchi descubrió que l as mujeres sacrifican tiempo de sueño y de ocio para cumplir con todas las jornadas, las pagadas y las gratuitas. Otra experta estadounidense en temas laborales, Brigid Schulte, añadió otro factor más de desgaste femenino que no sufren los hombres: el trabajo mental que requiere organizar el calendario social de la familia (cumpleaños, citas con los médicos, reuniones sociales...) y que se supone tarea nuestra.
Este trabajo emocional incluye tener el sexto sentido como para detectar enfados sordos, susceptibilidades heridas y frustraciones no atendidas, de forma que la armonía y la tranquilidad reine en el hogar. Por eso, una pequeña siesta de 20 minutos como extra a la hora de la comida, igualaría el montante de sueño entre hombres y mujeres y aumentaría la productividad de estas últimas por las tardes. Ya que parece imposible llegar a un reparto más justo de las tareas en casa, que al menos los empresarios nos lo compensen para el beneficio de ambos.
- ¿Y si tu cansancio se debe a un problema de salud?
- La siesta te da muchos beneficios