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Esta semana, Kiko Rivera nos ha sorprendido con un llamativo cambio de imagen y hemos podido notar una gran pérdida de volumen. Ya eran conocicos sus problemas de salud con la gota y el sobrepeso. Parece ser que el DJ puede haberse realizado una cirugía, no determinada, para tratar la obesidad. También el astro argentino Diego Armando Maradona y el cocinero David de Jorge se realizaron técnicas similares para tratar sus problemas con la báscula.
Si recurrimos a la historia, Sancho I, Rey de León y Navarra, en el siglo X, padecía una llamativa obesidad que levantaba críticas y fue rechazado para ocupar el trono. Los tratamientos que le aplicó su médico fueron desde coserle la boca y alimentarle con una paja hasta hacerle caminar desde Navarra, donde vivía el Rey, hasta Córdoba, donde residía el médico. La historia dice que tuvo éxito y pudo ocupar el trono, afortunadamente, el hijo del torero no ha tenido el mismo médico.
El Índice de Masa Corporal (IMC) se suele utilizar para valorar la obesidad. No hay que complicarse, existebn tablas para calcularlo automáticamente introduciendo la altura en centímetros y el peso en kilógramos en alguna de las múltiples páginas de Internet o aplicaciones para móviles. Se considera obesa una persona que tiene un IMC superior a 30. Por ejemplo, una persona que mida 1.65 m y pese 82 kilos es considerada como obesa ya que su IMC es superior a 30.
En nuestros días, se considera la obesidad como un grave problema sociosanitario que está en aumento. Sirva como ejemplo que una persona con un IMC por encima de 40 tiene la mitad de esperanza de vida que una persona sin sobrepeso. En líneas generales, se aconseja el tratamiento quirúrgico en los pacientes con IMC por encima de 40 o con IMC entre 35-40 que tengan enfermedades relacionadas con la obesidad, como hipertensión, diabétes tipo 2 o apnea del sueño, en los que otros tratamientos han fallado.
Aunque es preciso evaluar cada caso de manera individual, lo preferible es reducir peso mediante una dieta baja en calorías y un cambio de hábitos que incluyan ejercicio habitual y dieta sana. Para obesidades de menos grado o como preparación para la cirugía de grandes obesos, existe la posibilidad de colocar un balón dentro del estómago (balón gástrico) relleno de suero mediante técnicas endoscópicas que se puede tener aproximadamente durante seis meses.
Habitualmente se realizan tres y se suelen hacer por vía laparoscópica en la mayoría de los casos. La primera es la manga gástrica, que consiste básicamente en la reducción del estómamgo en un 70-80%, quedando este en forma de tubo, de manera que el paciente se sacia rápidamente y reduce la cantidad de comida que ingiere. La segunda son las bandas gástricas ajustables, que son anillos de silicona que se colocan a la entrada del estómago para reducir su capacidad y que pueden ser modificados mediante el llenado o vaciado de un pequeño depósito de suero salino subcutáneo conectado a ellos.
Bandas ajustables: Anillos de silicona que se colocan a la entrada del estómago y pueden ser modificados.
Derivación gástrica: Eliminan tres cuartas partes del estómago y unen la que queda con otra zona intestinal.
Manga gástrica: Se extirpa quirúrgicamente una porción del estómago y es irreversible.
Con esta técnica se consigue lo mismo que con la anterior y además tiene la ventaja de que no se quita una parte del estómago, es reversible y más segura. Sin embargo, los resultados a largo plazo son peores. La derivación gástrica (by-pass gastro-yeyunal), consiste en la eliminación de tres cuartas partes del estómago y la unión de la parte que queda con una zona intestinal (yeyuno) más alejada, saltando de esta manera, una parte importante del intestino y evitando la absorción de grasas y otros nutrientes..
Es una técnica que añade a lo realizado por las anteriores un déficit de absorción. Estas técnicas se realizan cuando están indicadas tanto en la sanidad pública como a través de algún seguro médico y en centros hospitalarios privados.
Como se ha visto en diversos estudios, con las tres técnicas descritas se pierde peso a largo plazo de forma significativa. La que mejores resultados produce es la derivación, pero también es la que más problemas puede ocasionar debido a la mala absorción que produce de algunos nutrientes como la vitamina B12.
Algunos pacientes tendrán dificultades para adaptarse a los cambios en su alimentación después de la cirugía y a las revisiones, que son necesarias para controlar algunas deficiencias en su nutrición. También deben conocer los efectos adversos que pueden sufrir, como el reflujo, la hipoglucemia, etc.
Es necesario un control médico periódico y una reeducación nutricional por un equipo multidisciplinar con un nutricionista, un psicólogo, etc. Si no se adquieren nuevos hábitos nutricionales incorporando la actividad física como rutina diaria, es muy prosible que el peso perdido se vuelva a recuperar.
Es muy importante que realice ejercicio físico regularmente y lleve una vida sana, al igual que una dieta equilibrada.
Calcule su índice de masa corporal y si tiene sobrepeso, contacte con un especialista.
Si tiene una gran obesidad contra la que ha luchado durante mucho tiempo, la cirugía puede ser una solución.
David Saldaña Garrido. Cirugía torácica. Hospital Nisa Pardo Aravaca. Vicepresidente de NEUMOMADRID.
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