Geografía de la longevidad

Un sexagenario de Nicoya tiene el doble de probabilidades de llegar a los 90 años que un norteamericano. ¿Su secreto? Mucha vida activa en el exterior.

Muchos de sus habitantes son vegetarianos, no fuman ni toman alcohol, beben mucha agus, consumen frutos secos, hacen ejercicio de forma regular y, por lo general, mantienen un peso adecuado.

Un ejemplo de longevidad es Ovodda, un pueblo con cinco centenarios. Seguir la dieta mediterránea, sus largas caminatas, su forma de disfrutar del ocio, un sentido positivo de la vida y alto sentido del humor son sus claves.

En esta isla apenas se dan casos de demencias, el riesgo de enfermedad cardiovascular es un 50% más bajo que la media y el de cáncer, un 20% menor. Sus manantiales térmicos y el estilo de vida de los lugareños están detrás.

Los ancianos de Okinawa siguen sanos y activos hasta muy avanzada edad. Los expertos lo atribuyen a que siguen trabajando en sus huertos, comiendo sano, yendo a visitar a sus amigos, exponiéndose a la luz solar cada día y manteniendo un sentido positivo de la vida.