vivir
vivir
Arándanos. Estos pequeños frutos son ricos en antocianinas, un potente antioxidante que ayuda a los ojos a recuperarse tras un deslumbramiento. Además, su uso mejora la circulación sanguínea ocular.
Verduras amarillas y de hoja verde. Son ricas en luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que se instalan en la mácula del ojo y ayudan a filtrar la luz azul de las pantallas. Un estudio realizado en la Universidad de Georgia (EE.UU.) comprobó que tomar 24 mg diarios de luteína y zeaxantina durante seis meses disminuía los síntomas de vista cansada y fatiga ocular en estudiantes que se exponían seis horas al día a distintos dispositivos electrónicos.
Uvas, moras y grosellas ¿Qué tienen en común? Que su piel es rica en resveratrol, otro antioxidante que previene el daño producido en la retina por la exposición a la luz. Si además incluyes a tu dieta vitamina A (tomate, huevo), C (coles, kiwis y cítricos) y E (aceite de oliva virgen), mejorarás los síntomas del ojo seco.