Según cuenta el diario The New York Times en diciembre hubo una nueva tendencia de salud que generó mucha búsquedas en Google y comentarios en Twitter. Se trata de la moda de consumir agua sin tratar, sin filtrar y sin haber sufrido proceso de purificación alguno como método para preservar las sustancias naturales que se encuentran en el agua natural y a las que se les presupone bondades y propiedades saludables.
Desde California a Maine han empezado a florecer start ups dedicadas al negocio del agua químicamente pura, de la que se excluye el agua del grifo porque está tratada con cloro y otros aditivos, precisamente los que quieren evitar los defensores de esta tendencia.
Los contrarios a esta nueva moda, que por cierto, no es nada barata, encontrar agua químicamente pura lleva lo suyo, recuerdan que aunque el sistema público de acueductos de Estados Unidos pueda estar envejecido y no sea perfecto, gracias a él y a los sistemas de higienización del agua se consiguieron controlar epidemias de enfermedades infecciosas hace varias décadas, como el cólera y la fiebre tifoidea, y que no parece buena idea volver a consumir agua sin tratar porque se expondría a la población a patógenos que pueden causar importantes enfermedades a los humanos. También recuerdan que el agua sin tratar, además de virus y bacterias puede traer residuos de pesticidas y productos agrícolas que dañan la salud.
El tratamiento al que se somete el agua el grifo suele eliminar del agua hasta 91 contaminantes diferentes que volverían a consumirse si triunfa la moda de beber agua sin tratar.
La presencia de flúor en el agua del grifo, un químico que se emplea para prevenir la caries, es una de las grandes preocupaciones de los promotores de esta moda. Sin embargo las autoridades sanitarias de Estados Unidos advierten de que en el agua de consumo común hay muy pocas cantidades de este compuesto químico por lo que no tendría efectos sobre la salud.
Estas autoridades recomiendan a los que estén preocupados por la calidad del agua del grifo que consumen que inviertan en un sistema casero de filtración en lugar de empezar a consumir agua sin tratar. Pero veremos si la tendencia toma fuerza o no en 2018. Nunca se sabe.