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Cómo tratar la mastitis y no abandonar la lactancia

Un correcto diagnóstico y tratamiento de la mastitis mejora la sintomatología y puede evitar un abandono prematuro de la lactancia

A pesar de que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es mantener la lactancia exclusiva hasta los 6 meses, la mastitis es una de las principales causas por las que se abandona la lactancia materna. Las madres se ven en la difícil situación de elegir entre seguir amamantando a su hijo y soportar el dolor o sentir la frustración de dejar de dar el pecho debido a la infección. Según algunas estimaciones, una de cada diez madres lactantes puede sufrir una mastitis, aunque la prevalencia real puede aumentar hasta el 33%.

El tratamiento empírico de la mastitis infecciosa con antibióticos resulta ineficaz cuando las bacterias responsables son resistentes, puede derivar en casos crónicos y causa r efectos secundarios, como candidiasis vaginal o gastroenteritis.

Durante el simposio sobre mastitis organizado en Barcelona por Medela, el doctor Juan Miguel Rodríguez, responsable del grupo de investigación “Microbiología Perinatal” del Departamento de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad Complutense de Madrid, ha mostrado con cinco casos reales el papel de los cultivos de leche como herramienta eficaz para evitar un consumo innecesario de medicamentos. Pechos inflamados e infecciones secundarias están entre las consecuencias de un mal diagnóstico de mastitis

Para evitar los efectos secundarios de la polimedicación en las mujeres con mastitis, las investigaciones del grupo del doctor Juan Miguel Rodríguez han demostrado la eficacia de algunos probióticos en la curación y mitigación de los síntomas especialmente en los casos de mastitis subagudas, aquellas caracterizadas por un dolor punzante en el pecho, pero en las que no existe enrojecimiento del pecho o fiebre. Su efectividad radica en la modulación, o restauración, de la microbiota mamarias, un conjunto de microorganismos cuya alteración es esencial para el desarrollo de los distintos tipos de mastitis. En el caso de infecciones más graves, el investigador remarcó en el Simposio sobre mastitis organizado por Medela la importancia de los cultivos de leche para prescribir los antibióticos más oportunos y la conveniencia de combinarlos con probióticos.

La importancia del cultivo o análisis microbiológico se encuentra en la detección precoz de las bacterias que están provocando la infección y sus cualidades. El conocimiento de su sensibilidad o resistencia a los antibióticos permite a los especialistas aplicar el fármaco más efectivo y recetar un antibiótico que sí sea efectivo sobre esa cepa en concreto.

Conocer la epidemiología real de la mastitis, qué clase de microorganismo está generando la infección, es clave para entender la patogenia de las mastitis y establecer el mejor tratamiento posible. Su desconocimiento es la causa de que las madres reciban altas dosis de antiinflamatorios, analgésicos y antibióticos ante los cuales el patógeno es o se puede volver resistente. Entre los casos expuestos se encuentra una mujer a quien se le formó un absceso en el pecho tras 3 meses de tratamiento ineficaz, tuvo que dejar la lactancia y sufrió otras infecciones por el exceso de antibióticos.

Aunque se trata de un caso particularmente complicado, sí es cierto que hay madres que, además de dolor, experimentan con el paso de los días la acumulación de leche en el pecho, inflamación, fiebre e incluso calambres y dificultad para la secreción de la leche. La aplicación de un tratamiento efectivo los primeros días de dolor elimina o reduce los síntomas a la vez que tranquiliza a las madres y las anima a continuar con la lactancia.

Por otro lado, hay evidencia científica del funcionamiento de ciertos probióticos. Ejemplo de ello es la experiencia de una madre diagnosticada de depresión posparto que, preocupada por el dolor que sentía, participó en un ensayo clínico con probióticos contra la mastitis que cumplía los criterios de la OMS. A los siete días de iniciar el tratamiento, la mujer mostraba una mejoría total y, en los seis meses de seguimiento después del tratamiento, no volvió a referir ningún dolor, pudiendo seguir con la lactancia hasta los 14 meses de edad de su hijo.

En muchas ocasiones son las matronas las que aconsejan a las madres realizar un cultivo de leche materna para concretar qué tipo de infección sufren y saber cómo remediarla. Una prueba del importante papel que juegan los pediatras, ginecólogos, médicos de familia, etc…en la reducción de la tasa de abandono de la lactancia materna.

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