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Mantén tu peso. "Cuando hay sobrepeso, la piel del talón se estira tanto que se rompe, lo que provoca que se sufran grietas durante todo el año, no solo en verano", explica Rafael Navarro del Consejo general de Colegios Oficiales de Podólogos de España. hidrátate.
Nuestra piel es agua y se seca al exponerla al aire. ¿Solución? Hidratarla con una crema que forme una película protectora y que posea aceites o urea en una proporción alta para que aguante varias horas. Eso sí, úsala por la mañana, no por la noche. Vigila tus calcetines. Los de algodón acumulan la humedad, lo que no es bueno. Para prevenir problemas, usa calcetines técnicos. Búscalos en la sección de deportes.
Déjate de cremas, limas, rodillos, cuchillas y piedras pómez. Si tienes grietas, te toca acudir al podólogo. "Es el único que puede desbridar la piel muerta (que puede llegar a ser una capa de milímetros de espesor) con un bisturí para que la herida pueda sanar correctamente y además averiguar si tras esas grietas se esconde una infección por hongos o por bacterias", explica Rafael Navarro.
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