Kale: ¿tiene tantas propiedades o es otra verdura de moda?

Mucho se habla del kale y de sus propiedades nutricionales pero, para conocer todo sobre esta verdura, la Dra. en Alimentación y Nutrición, Laura Isabel Arranz, ha escrito 'Kale, el superalimento que puede ayudarte a mejorar tu alimentación y salud ' (Ed. Amat). En esta guía da las claves para averiguar qué hay de cierto sobre las cualidades que se le atribuyen a esta verdura y da ideas y consejos para incorporarla a la dieta a través de un recetario.

El kale es una verdura de la familia de las coles. La variedad más conocida es el kale verde de hoja rizada, aunque también existen otras lisas e, incluso, en colores rojizos. “A nivel nutricional ha podido verificarse que este virtuoso alimento contiene muchos nutrientes, especialmente vitaminas, minerales y otras sustancias beneficiosas con propiedades antioxidantes”, explica la doctora.

Así es, porque en su composición encontramos carotenoides precursores de la vitamina A, incluyendo luteína y betacaroteno, vitamina C, vitamina K, ácido fólico, calcio, magnesio, fósforo, potasio, hierro y glucosinolatos. Además, el kale es una fuente de proteínas vegetales y de fibra, que nos aporta muy pocas calorías y apenas grasas.

Según la experta, una ración de kale puede contener: más calcio que la leche; más hierro que la carne (aunque de otro tipo); de 3 a 4 veces más ácido fólico que los huevos; de 4 a 10 veces más vitamina C que las espinacas y casi 3 veces más que las naranjas.

También es uno de los alimentos con más contenido en vitamina A junto a las zanahorias y en vitamina K supera casi en 7 veces a la lechuga de hoja verde. “La riqueza nutricional del kale es evidente. Y esto es importante, porque si incorporamos este alimento a nuestra dieta estaremos aportando muchos más nutrientes, especialmente vitaminas, minerales y antioxidantes. De hecho, es como si fuera un concentrado nutricional”, añade.

Suave al paladar y combinable con otros alimentos sin distorsionar su sabor, el kale ofrece gran versatilidad en la cocina , ya que puede tomarse tanto caliente como frío, fresco en forma de zumo o en ensalada y, también, cocinado como cualquier otra verdura de hoja.

La Dra. Arranz opina en este sentido que la parte emocional y relacional con la comida es importante. “No podemos pretender que alguien cambie de hábitos o que un niño aprenda a comer kale u otras verduras, si las preparaciones que ofrecemos no son atractivas”, dice la doctora.

Igualmente aclara que, aunque es recomendable incorporar el kale a nuestra dieta, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de superalimentos no quiere decir que el beneficio lo vayamos a obtener exclusivamente del consumo de este producto, independientemente lo que hagamos con el resto de la nuestra alimentación. "Pasamos muchas horas de nuestra vida comiendo, lo que tomamos es el combustible y los elementos de construcción para que nuestro cuerpo se desarrolle y perdure con la mayor solidez posible, así que, apelando al dicho “somos lo que comemos”, intentemos comer bien si queremos vivir bien”, sentencia.

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