El boom de los opioides llegó a España en el año 2000, con la comercialización del fentanilo en parches transdérmicos. A nivel mundial había empezado años antes, cuando algunas farmacéuticas minimizaron los efectos no deseados de los opioides, presionaron a los médicos para que los recetaran e incluso financiaron campañas de publicidad para animar a la población general a utilizarlos. Aquel giro tuvo efectos devastadores.
"El consumo de opioides se dispara cuando se recetan sin tener en cuenta su potencial adictivo y sin hacer un seguimiento estricto de cada caso", explica el doctor Francisco Arias, psiquiatra y profesor de Psicofarmacología y Drogas de Abuso en la Universidad Complutense de Madrid y responsable del Programa de Alcohol y Patología Dual en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Ante el aumento de consumo de estos analgésicos, que han provocado una epidemia de adicciones en EE.UU., le hemos preguntado sobre estos fármacos.
Mujerhoy ¿Necesitamos siempre una receta médica para conseguir un opioide? Francisco Arias Así es. De hecho, el problema de adicción empieza muchas veces con una prescripción. A eso se une la falta de coordinación entre médico de familia y especialista, que permite que algunos pacientes consigan más recetas de las que necesitan. Como los opioides conllevan un alto riesgo de adicción, un paciente que se vuelve adicto por abuso de estos fármacos puede llegar a falsificar recetas, acudir a Urgencias o a diferentes farmacias para conseguir lo que quiere.
Mujerhoy ¿Qué diferencia existe entre un fármaco opiáceo y un opioide? Francisco Arias Los opiáceos, como la morfina o la heroína, se obtienen directamente de la amapola del opio. Los opioides son fármacos sintéticos, que imitan la acción de los opiáceos. Ambos se utilizan para problemas relacionados con el dolor, aunque algunos, como la metadona, también se emplean para controlar la adicción a la heroína.
Mujerhoy La prescripción de fentanilo ha aumentado un 248% en 10 años en España... Francisco Arias Ya somos el quinto mayor consumidor mundial de fentanilo, aunque solo se vende en farmacias y con receta, tanto en forma de parches transdérmicos, como de piruletas o grageas. Este fármaco fue el causante de la muerte por sobredosis del cantante Prince. El fentanilo es altamente adictivo, 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina.
Mujerhoy También se comenta mucho el poder adictivo del tramadol... Francisco Arias Porque existe. Mucha gente empieza con una receta y acaba siendo adicta. Otros se enganchan a más cosas, como los ansiolíticos. Dicho eso, hay personas que tienen mayor riesgo de adicción que otras, por ejemplo, los alcohólicos.
Mujerhoy Y si es tan peligroso, ¿por qué en España se consume tanto tramadol? Francisco Arias Porque si antes los médicos te recetaban aspirina o paracetamol para el dolor, hoy pueden recetarte tramadol. Hay casos como el de un paciente de 38 años al que traté hace poco. Tomaba ansiolíticos cuando le operaron de una rodilla. Para calmar el dolor, le recetaron tres comprimidos diarios de tramadol. Como desarrolló una gran tolerancia al fármaco, falsificó recetas e incluso se las ingenió para conseguirlo sin ellas. Cuando vino a mi consulta, tomaba más de 20 veces la dosis recomendada. Ahora, está en un programa de desintoxicación.
Mujerhoy En EE.UU. se habla también de la adicción a la oxicodona (el opioide que utiliza el doctor House, de la serie de televisión). ¿Aquí también existe ese problema? Francisco Arias No, aquí la oxicodona se emplea poco. La mayoría de casos de adicción en España son por consumo de fentanilo o tramadol.
Mujerhoy ¿Es verdad que en las Unidades del Dolor no hay tantos problemas de adicción como podríamos pensar? Francisco Arias Completamente cierto. Esto es así porque los tratamientos con morfina, fentanilo y otros opioides que se emplean en estas unidades están pautados según criterios clínicos bien establecidos y existe un seguimiento estrecho de cada caso.
Mujerhoy ¿Cuáles de los fármacos de esta familia son los más peligrosos? Francisco Arias Los potentes de acción rápida. ¿Por qué? Porque cuando se pasa el efecto, el paciente quiere más de lo mismo. Por eso hoy preferimos utilizar opioides de vida media más larga y que sean menos potentes.
Mujerhoy ¿Estamos en riesgo de sufrir una epidemia por el consumo de opioides como la que está padeciendo EE.UU.? Francisco Arias No, porque en nuestro sistema de salud pública hay un mayor control de la prescripción y del acceso a todo tipo de fármacos. El sistema sanitario norteamericano no es un sistema universal y carece de ese control. Dicho de otro modo, en EE.UU. existe una mayor facilidad de acceso a los opioides, un menor control sobre la prescripción y, también, un mayor acceso a ventas ilegales de estos productos.
Mujerhoy ¿Cómo resumiría la situación en España sobre este tema? Francisco Arias Yo explicaría que no hay que demonizar a los analgésicos opioides, pero sí hay que tener en cuenta que debemos utilizarlos cuando están indicados, tras valorar el riesgo de adicción del paciente, y realizando después un seguimiento estricto. A menudo, las dosis recetadas son de demasiado altas y los tratamientos demasiado largos. Y eso es muy peligroso.
-Una amplia familia: Los opioides son unos medicamentos que funcionan bloqueando la percepción del dolor y estimulando sensaciones de bienestar y placer. Además de su potencial e fecto adictivo, de sobredosis e intoxicación, pueden producir náuseas, depresión, disfunción sexual y reducir la respiración y el ritmo cardiaco, incluso con riesgo de muerte. A la vez, mezclar opioides con alcohol o con sedantes, como las benzodiazepinas, puede tener consecuencias graves. Para evitar riesgos, deben utilizarse bajo estricta vigilancia médica y en periodos limitados
-Un problema nacional: En otoño de 2017, el presidente de EE.UU. Donald Trump habló desde la Casa Blanca ante una audiencia de periodistas y familias. Algunos de los presentes mostraban fotos de seres queridos, fallecidos por el consumo de opioides. El propio Trump calificaba de "national shame" [vergüenza nacional]; la epidemia de adicción a estos fármacos que afecta a su nación y dijo que era "una emergencia de salud pública". No es para menos. En ese país se emitieron 216 millones de recetas de opioides solo en 2016 y los fallecimientos por consumo de esos productos son similares a los ocurridos en accidente de tráfico.
Aunque la situación en España está lejos de la de EE.UU., el aumento de casos de adicción en nuestro país ha propiciado la elaboración de una Guía para el buen uso de analgésicos opioides. Presentada por la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías, su coordinadora, la dra. Ana Isabel Henche, de la Unidad de Conductas Adictivas del Complejo Hospitalario de Toledo, reconoce que "estamos en la punta del iceberg de un problema de salud pública".
-Diferencias dolorosas: Frente a los excesos en Occidente, millones de personas de países menos desarrollados no pueden acceder a estos analgésicos. "Recuerdo cuando me extirparon un pecho en México por un cáncer de mama y el dolor horrible que sentía", cuenta Felicia Knaul, hoy profesora en la Universidad de Miami (EE.UU.). Espoleada por aquella experiencia, Felicia decidió dedicar sus esfuerzos al alivio del dolor agudo y hoy es una activista en ese terreno. "No dar analgésicos opioides a personas que realmente los necesitan es una forma de tortura -declara a su vez Diederik Lohman, de Human Rights Watch-. Se habla mucho de adicción, pero mucho menos del importante lugar que tienen los opioides en el control del dolor agudo".
Los datos hablan por sí mismos: los norteamericanos consiguen 30 veces más opioides de los que necesitan. En cambio, los mexicanos consiguen apenas el 36% de los que necesitan, India cubre solo el 4% de sus necesidades y en Nigeria el 0,2% según datos del The Lancet Commission on Global Access to Palliative Care and Pain Relief.
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