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¿Tú también celebras el Día Mundial de la Música escuchando tus canciones favoritas? Escuchar música provoca estímulos cerebrales que influyen directamente en el estado de ánimo, el control del estrés, la ansiedad o la fatiga. Por eso no es raro que cada vez más hospitales incluyan la terapia musical entre sus tratamientos. Según explica Alvar Ocano, gerente médico de Aegon, entre los beneficios de la música para la salud figuran la reducción de la ansiedad, la disminución del dolor y el fortalecimiento del sistema inmunológico, pero hay muchos más. Así los resume:
Escuchar tu canción favorita puede ayudar a rebajar los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés.
La terapia musical hace que se liberen endorfinas, que actúan como analgésicos naturales. De hecho, existen estudios que constatan que la música puede reducir el dolor de algunas enfermedades crónicas como, por ejemplo, la artrosis.
Supone una ayuda en los casos de Alzheimer, Parkinson o Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). La música es como un gimnasio para el cerebro, ya que aumenta la comunicación neuronal, la elasticidad y la plasticidad del órgano.
Aumenta la producción de plaquetas, estimula los linfocitos y la protección celular ante determinadas enfermedades. Asimismo, escuchar música puede disminuir los niveles de cortisol, lo que puede llevar a una disminución de la respuesta inmune.
Aumenta el optimismo y protege el envejecimiento cerebral en especial para personas que sufren procesos de depresión. Según un estudio publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience, tocar un instrumento musical reduce los efectos del deterioro mental asociado al envejecimiento.
Al escuchar música se activan varias zonas del cerebro por lo que se procesa mejor la información. Escuchar música o tocar un instrumento hace que se aprenda mejor. Según un estudio publicado por científicos de la Universidad de Helsinki, la música de Mozart activa tanto la parte derecha como la izquierda del cerebro, lo que maximiza el aprendizaje y la retención de información.
Gracias a su efecto relajante y desestresante la música ayuda a aquellos que padecen de migraña o cefaleas.
Según una investigación de la Sociedad Estadounidense de Hipertensión, en Nueva Orleans, escuchar 30 minutos de música clásica, celta o raga a diario puede reducir significativamente la presión arterial alta.
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