Una dosis diaria de bicarbonato podría ser todo lo que necesitas para reducir la inflamación de la artritis reumatoide y de otras enfermedades autoinmunes, según concluye un nuevo estudio de la Universidad de Augusta (EE.UU.), publicado en Journal of Immunology. En estas enfermedades (hay más de 80 diferentes), que afectan al 9% de los españoles y al doble de mujeres que de hombres, nuestro sistema inmunitario se equivoca. En vez de defendernos frente a otras enfermedades e infecciones, ataca los tejidos sanos, como las articulaciones, en el caso de la artritis reumatoide; los pulmones, la sangre, los nervios y otros tejidos, en el lupus; el tracto digestivo, en la enfermedad de Crohn; la tiroides, en las enfermedades de Hashimoto o de Graves; el páncreas, en la diabetes tipo 1; o la piel, en la psoriasis. El síntoma clásico y común a todas ellas es la inflamación.
Pues bien, el estudio citado ha comprobado que, cuando personas o ratones sanos beben agua con bicarbonato, no solo estimulan el estómago para que fabrique más ácido para digerir la siguiente comida, sino que 'dicen' a las células mesoteliales del bazo (que recubren el interior de ese órgano) que no hay necesidad de desencadenar una respuesta inflamatoria defensiva.
Los investigadores vieron que beber agua con bicarbonato durante dos semanas influía en la acción de los macrófagos presentes en el bazo (los glóbulos blancos que se comen el material de desecho del organismo) y hacía que, en vez de aumentar la población de los que estimulan la inflamación, se aumentaba la de los que reducen.
' El entorno antiinflamatorio se produce gracias a la conversación que mantienen las células mesoteliales y el bazo', explica el dr. Paul O’Connor, autor principal del trabajo. Las células mesoteliales recubren las cavidades y el exterior de los órganos. Desde hace poco, se sabe que estas células tienen microvellosidades que investigan el entorno y, cuando advierten un invasor, promueven una respuesta inmunitaria.
¿Pero qué llevó a los científicos a investigar el bicarbonato en relación con las enfermedades autoinmunes? Pues todo empezó en los riñones. Cuando se instala la enfermedad renal, la sangre se vuelve demasiado ácida y, en esa situación, todo puede fallar. Pero una dosis diaria de bicarbonato reduce esa acidez y frena la progresión de la enfermedad.
Comprobar este efecto llevó al equipo del doctor O’Connor a pensar: ¿cómo consigue el bicarbonato frenar la progresión de la enfermedad renal? ' Primero vimos que el agua con bicarbonato reducía el número de macrófagos inflamatorios y aumentaba el de los antiinflamatorios en pacientes con enfermedad renal –explica el experto–. Luego observamos el mismo efecto en ratones. Lo mismo ocurrió con estudiantes sanos. De hecho, el paso de un perfil inflamatorio a otro antiinflamatorio se repetía en todos los casos. Lo vimos en los riñones, en el bazo, en la sangre periférica...', concluye.
Su equipo comprobó también cambios positivos en las células T, otra clase de células inmunitarias que moderan la respuesta defensiva y evitan que el sistema inmunitario ataque tejidos sanos. Pues bien, ese cambio se mantuvo durante cuatro horas en los humanos y hasta tres días en los ratones.
Los expertos explican que el nervio vago, implicado en la respuesta inmunitaria, no tiene impacto en las células mesoteliales. 'De hecho, cuando extirpas o simplemente tocas el bazo, se rompen las frágiles conexiones mesoteliales y se pierde la respuesta antiinflamatoria. En conclusión, nuestros datos indican que el consumo de bicarbonato activa una ruta antiinflamatoria en el bazo y aporta pruebas de que las señales que se dan en esta respuesta se transmiten al bazo a través de una función seudo-neuronal recién descubierta en las células mesoteliales', concluyen los expertos de la Universidad de Augusta.
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20 de enero-18 de febrero
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