Cómo pica una medusa y qué hacer para evitarla

El inicio del verano en las costas andaluzas se vio amenazado por una plaga de medusas que quitaban las ganas a los bañistas de aprovechar el buen tiempo. Especialmente en las playas de Alicante, Murcia y Málaga se conoce la amenaza de una de las medusas más peligrosas: la Carabela Portuguesa.

La picadura de una medusa ocurre en milésimas de segundos, y eso dificulta que puedas reaccionar a ellas. El motivo de sus picaduras son miles de células urticantes que están en sus tentáculos y se activan una vez entran en contacto con la piel humana. "Estas células contienen túbulos como arpones que inyectan veneno en la piel", como explica uno de los expertos de Safe Sea.

Aunque este mecanismo, que tienen todos los organismos de esta especie, sea para protegerse de los depredadores, para nuestra piel tiene consecuencias muy graves. Sarpullido, enrojecimiento y dolor son los síntomas más frecuentes y difíciles de aliviar. En el caso de la Carabela Portuguesa, puede provocar también fiebre, dolor de cabeza, inflamación y náuseas.

Aunque las picaduras ocurran en milésimas de segundos, y es difícil evitarlas o reaccionar a ellas, se pueden combatir. Lo primero es tener cuidado con acudir a zonas que estén en alerta. Algunas personas utilizan también trajes de baño gruesos, como de neopreno, para evitar que su piel se encuentre con una de ellas. Pero también hay geles o cremas que repelen la picadura, como por ejemplo la gama de fotoprotectores Safe Sea. Este tipo de cremas deben ser hidrofóbicas, y que liberen sustancias que confundan a las medusas de estar en contacto con un organismo similar a ella y no con la piel humana para evitar que se activen las células urticantes. De hecho, este es el mismo mecanismo que protege al pez payaso de las anémonas.

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