No es aconsejable (nada aconsejable) ir a la consulta de un cirujano plástico con la fotografía de una famosa -o famoso- y pedir su nariz. ¿Por qué? Entre otras razones, porque no se tendrá ni sus ojos, ni su boca, ni el conjunto de su óvalo facial… así que el resultado final -con toda seguridad- será muy distinto al esperado.
"Cualquier cirugía facial debe ser contemplada como un todo… y esto incluye, evidentemente, a las operaciones de rinoplastia, la cirugía que se aplica para modificar la forma de la nariz, esculpiendo el cartílago y el hueso nasal”, señala Carlos Gullón Cabrero, cirujano plástico de la clínica estética FEMM.
Pese a ser una de las operaciones más complicadas que un cirujano plástico puede practicar, en España se hacen aproximadamente unas 20.000 rinoplastias cada año.
"Hay que tener en cuenta que la nariz -igual que ojos y boca- son los rasgos más característicos del rostro de una persona. Si bien es cierto que, en la mayoría de los casos, los pacientes buscan un fin estético, tampoco hay que olvidar que existen motivaciones de salud. Por ejemplo, hay quien necesita corregir la desviación de un tabique nasal que no le permite respirar con normalidad”, explica el doctor Ramón Calderón Nájera, presidente electo de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. A lo que Carlos Gullón añade: “también puede realizarse en caso de un accidente que cause graves daños en el rostro, puede requerir este tipo de intervención”.
Antes de decidirse a someterse a una rinoplastia, es importante conocer en qué consiste la cirugía. Luego, contarle al cirujano cuáles son las expectativas; qué rasgos son los que más te desagradan y el motivo o motivos de ese desagrado; estado de salud (alergias, enfermedades o lesiones en la nariz, con independencia de si son o no recientes…). El doctor Ramón Calderón es claro “de la entrevista previa a la intervención el paciente debe salir con una idea clara de cómo va a quedar su rostro tras la operación. Y muy importante: saber qué se puede conseguir y qué no”.
Seguramente lo habás escuchado alguna vez. ¿Qué es una rinoplastia abierta? ¿Qué es una rinoplastia cerrada? El doctor Gullón explica las diferencias: “básicamente, lo que distingue un tipo y otro de rinoplastia es el modo en el que el cirujano accede al interior de la nariz. Mientras que en la rinoplastia abierta se realiza una pequeña incisión, en la base de la nariz, para poder levantar la piel; en la rinoplastia cerrada, la cirugía se realiza desde dentro de la nariz, a través de las fosas nasales. En este segundo caso, el cirujano plástico no tiene una visión directa de la zona que está interviniendo”.
Conocida la diferencia, hay que decir que las dos técnicas son válidas. En palabras del doctor Calderón “cuando la punta de la nariz es la que necesita de una mayor atención, habrá que recurrir a una técnica abierta. Esta segunda modalidad de rinoplastia permite trabajar los cartílagos alares con una mayor precisión. En caso contrario, cuando solamente es un pequeño caballete, o una ligera desviación nasal, lo que hay que mejorar, la técnica elegida suele ser la cerrada”.
Sin miedo al dolor. Pasar por una rinoplastia no implica padecer un postoperatorio doloroso… aunque sí incómodo. Esto se debe, principalmente “a que el paciente tendrá que pasar entre 24 y 48 horas con la nariz taponada. Además, una vez pasado el periodo de convalecencia se recomienda mantener cierta protección frente al sol. También, evitar deportes de impacto por un periodo de, aproximadamente, dos meses. Por último, habrá que tener en cuenta que el resultado de la rinoplastia tardará algún tiempo en ser definitivo”, aclara el doctor Carlos Gullón. De media, hasta un año, o un año y medio, después de operada, la nariz no se habrá desinflamado por completo.
No es lo normal, ni mucho menos (apenas se da en el 10% de los casos). Sin embargo, puede suceder que sea necesaria una reintervención. ¿El motivo? Son frecuentes las asimetrías antes de la operación. Aunque estas suelen quedar resultas tras la primera intervención, alguna asimetría puede permanecer en el postoperatorio o ir apareciendo a medida que la nariz va deshinchándose. Los pacientes son informados de ello antes de operarse. El doctor Calderón explica que “estos retoques o re operaciones suelen realizarse al cabo de un año, cuando los tejidos son moldeables de nuevo. Entonces, ya se puede valorar, sin procesos inflamatorios que lo impidan, cuál ha sido el resultado definitivo de la rinoplastia”.
Tras la cirugía, el paciente deberá mantener reposo, en posición semisentado y bebiendo líquidos con regularidad. Esto se hace para contrarrestar la sequedad asociada a la respiración oral. Otra indicación importante es que, una vez retirado el taponamiento nasal, habrá que mantener la mejor higiene posible en la zona de la nariz, para lo que será conveniente aplicar regularmente suero salino fisiológico. Salvo excepciones, la alimentación en el postoperatorio podrá ser la tuya habitual.
El doctor Carlos Gullón añade otras recomendaciones postoperatorias “dormir con la cabeza algo elevada (sólo los 3 o 4 días siguientes a la operación); no apoyar nada sobre la férula nasal; no preocuparse por los moratones que, inicialmente, pudieran aparecer en las mejillas (desaparecerán pronto); pasear protegiendo los ojos; aplicarse, con frecuencia, crema de alta protección solar; estornudar exhalando el aire por la boca; evitar exponerse al aire frío y, por último, evitar los grandes esfuerzos físicos durante las primeras semanas postoperatorias”. En cuanto al maquillaje, añade el doctor Gullón “se puede utilizar desde el quinto día”. Y dicho esto y hecha la rinoplastia, sólo queda disfrutar del nuevo rostro… y de la nueva nariz.
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