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Esta semana nos ha sorprendido la noticia de que en Ámsterdam se ha suspendido un ensayo clínico con el medicamento conocido como Viagra (Siderafilo). Lo más sorprendente es que, en este caso, dicha sustancia no se utilizaba para tratar problemas de erección, cómo estamos acostumbrados. En este estudio científico participaban mujeres embarazadas con problemas de crecimiento fetal. La idea del estudio era que este principio activo podría mejorar el aporte sanguíneo a través de la placenta y de esta manera paliar dicho déficit. El ensayo tuvo que ser suspendido debido a múltiples fallecimientos de bebés, la mayoría debido a enfermedades pulmonares.
La Viagra es un medicamento sorprendente. Su descubrimiento fue algo casual. Se estaban ensayando tratamientos para la angina de pecho, a finales del siglo pasado, cuando en uno de estos ensayos se descubrió un curioso efecto secundario: numerosos pacientes participantes en el ensayo clínico presentaron una erección. Hasta tal punto fue notorio este efecto inesperado, que varios de ellos, pese a que el medicamento no resultó efectivo frente a la angina de pecho, se negaron a abandonar el estudio debido a este efecto placentero.
Desde ese momento, la historia es más o menos conocida. En el año 2002 pudimos contemplar en un anuncio televisivo al astro brasileño Pelé, con 62 años, anunciando la Viagra. No sé le recordaba con tal cara de felicidad desde que ganó su último Mundial en México, en 1970. Desde entonces, se han vendido millones de pastillas en todo el mundo y millones de personas también se han beneficiado de sus efectos. La Viagra ha sido uno de los medicamentos más exitosos de la historia. El llamado farmacéutico de la Viagra, Phillip Frost, ya fallecido, era el propietario de la casa más cara de Miami.
Alguno de sus descubridores ha recibido el Premio Nobel de Medicina y ha supuesto unos beneficios de miles de millones de euros para su laboratorio, Pfizer. En el año 2013 finalizó la patente, comenzando por lo tanto la fabricación de medicamentos genéricos con el consiguiente abaratamiento de los costes para los usuarios. También han aparecido en el mercado otras sustancias, con efectos similares y menos efectos secundarios, como el Levitra (Vardenafilo) y el Cialis (Tadalafilo), etc. que han sido también muy exitosos.
La Viagra produce vasodilatación en diversas zonas del organismo. Es decir aumenta el flujo sanguíneo. Esto tiene diversos efectos, como una mejora de la erección, pero también otros como dilatación a nivel de los vasos sanguíneos pulmonares, y se ha empleado para tratar otro tipo de enfermedades como la hipertensión pulmonar, por ejemplo. Pero también es un medicamento que presenta efectos secundarios como palpitaciones o bajadas de tensión. Alguno puede ser muy grave, como el infarto de miocardio, e incluso puede provocar la muerte.
A pesar de que este medicamento es de obligada venta en farmacias, con receta médica, se ha extendido su uso festivo para paliar los efectos deletéreos del alcohol y otras sustancias sobre la erección, con el riesgo que ello conlleva. De hecho se rumorea en los mentideros de la villa, que más de un personaje famoso puede haber fallecido, entre otras causas, debido al uso no supervisado o al abuso de esta sustancia.
A pesar de todo lo anterior, la Viagra ha ayudado a millones de hombres —que han tenido que usarlo por diversas causas, como por ejemplo haber sido intervenidos de la próstata— a volver a desarrollar una vida sexual plena. Son numerosos los personajes famosos que han declarado públicamente que toman esta sustancia: Jack Nicholson, Ben Affleck o Michael Douglas.
Si tiene problemas con la erección o tiene una vida sexual no satisfactoria, consulte con su médico. Él puede ayudarle a realizar un diagnóstico de las posibles causas y, si lo necesita, administrarle un tratamiento adecuado.
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