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Estamos viviendo la primera ola de calor del verano. No está siendo muy bien recibida (al menos por nuestra parte) y es que, cuando la rutina sigue y la oficina no perdona, la ciudad no es el mejor lugar para estar a 40 grados. ¿Uno de los mayores inconvenientes de las altas temperaturas? Dormir por la noche. Al grito de "¡Una y no más!" después de dos noches en vela hemos decidido por unanimidad que necesitas conocer estos pequeños trucos. El calor no podrá contigo.
Baja tu temperatura. No todo consiste en poner a tope el ventilador; tu temperatura corporal también cuenta. Para bajarla, dúchate con agua templada antes de irte a la cama y no hagas deporte a partir de las siete de la tarde.
Cena fresquito. Y ligero. Las cenas copiosas o el consumo de alcohol ponen más difícil el sueño de calidad. ¿La cena ideal? Las sopas frías: líquidas y con un extra de frescor. Eso sí, tómalas dos horas antes de irte a la cama.
Revisa tu colchón. De nada sirve estar a 22 ºC si tu colchón ya no cumple adecuadamente su función. Busca uno que reduzca los focos de presión sobre el cuerpo, porque eso disminuye el número de veces que necesitas cambiar de postura.
Sigue el ritual. La buena higiene del sueño tiene sus claves. La primera regla es que, si eres de mal dormir, te saltes la siesta o, como mucho, duermas media hora. La segunda es que a la cama debes ir solo cuando tengas sueño... aunque eso te obligue a retrasar la hora de acostarte. Y si por lo que sea te desvelas, levántate y haz algo relajante que no requiera atención hasta que vuelva el sueño.
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