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¿Crees en el síndrome postvacacional? Aunque no creas en él, aunque no lo hayas vivido, aunque ni siquiera exista... Este ma llamado síndrome es de esos fenómenos virales que de tanto hablar de ellos se acaban convirtiendo en realidad. Un poco deformada, sí, pero realidad al fin y al cabo. Unos lo llaman bajón, otros "depre", otros añoranza y otros no lo llaman de ninguna manera pero les ves siempre con el ceño fruncido y ya intuyes que acaban de volver de vacaciones. En realidad no hay mal que cien años dure y esa especie de bajón pasa, como todo, tarde o temprano. ¿Por qué preocuparse? Pues para que esa especie de 'blue' que te invade tras el verano no se enquiste, no te atrape y no te deje sin energía para el resto del 'curso'. Y para eso vas a necesitar escuchar a tu cuerpo. No estamos hablando de comprobar si la ropa está más apretada que hace un par de meses o de si el moreno todavía te dura, estamos hablando de escucharlo de verdad. La experta en gestión del estrés a través de la escucha biológica, María Pilar Sánchez, revela que estamos acostumbrados a tener un pensamiento negativo en la cabeza dando vueltas sin cesar creyendo que no nos hace daño, pero sí lo hace. "Cuando sobrepasamos nuestro límite tolerable de estrés emocional (pensamientos y sentimientos negativos), nuestra biología se pone en marcha para reducirlo y nos avisa a través de dolores o malestares", explica.
Siete técnicas para controlar el estrés
La rabia, la tristeza y el miedo son emociones que producen estrés que se plasma en el cuerpo, por lo que la experta aconseja escuchar las señales o molestias físicas que aparecen después de vivir situaciones que provoquen esas emociones.
Una vez identificadas esas señales debemos huir del victimismo y evitar contagiarnos de ese tufillo "depre" que parece invadirlo todo. Dos cuestiones son clave: alimentarse de los buenos momentos del verano como quien descongela una ración de croquetas de la abuela y la toma como si estuviera recién hecha y fijar un objetivo para el nuevo ciclo. Sobre el primer punto hay algo claro: de nada sirve esperar un año a que lleguen las vacaciones si luego no sabemos nutrirnos de ellas una vez vividas. "Exprimir los buenos recuerdos, conectar con las nuevas amistades o recordar lo aprendido en las situaciones difíciles nos ayuda a conectar con pensamientos y sensaciones positivas", aclara María Pilar Sánchez.
En cuanto al planpara el "nuevo curso", la experta alerta de que cuando no hay objetivos que nos supongan sacar lo mejor que tenemos no estimulamos a nuestra mente y eso hará que nuestra energía tampoco nos acompañe.
¿Qué alimentos debo tomar contra el estrés?
Existe un punto en común ente las personas que no sufren el síndrome postvacacional: tienen un plan que se han fijado tomando como premisa una sana ambición. Si en tus pensamientos sólo hay tristeza, hastío y pesimismo es lógico que tu energía vital no esté al máximo y te sientas cansada. En ese caso, es importante que hagas un reseteo, que le des al botón de "reiniciar" como cuando tienes un problema en el ordenador. Y una vez reseteada, hay que decidir hacia dónde vamos: "Cuando no hay un objetivo o sueño que cumplir, nuestro cuerpo se pone en modo reducción de energía y eso es lo que produce esa sensación de cansancio. Conectar mente y cuerpo siempre es la mejor elección a la hora de superar situaciones complicadas. La solución la tenemos dentro de nosotros", anima la experta.
El estrés empieza en la mente, por lo que el foco ha de estar en tu pensamiento. "Recuerdo cuando iba al cole y estaba deseando que acabaran las vacaciones para retomar las clases de teatro. No había espacio para las rabietas ni para añorar los días de piscina", cuenta. Si te propones adquirir hábitos de alimentación más sanos en la reentré mientras te repites “qué asco comer comida recalentada en la oficina, con lo bien que estaba yo almorzando al sol este verano” te estás alimentando de emociones y pensamientos negativos que no te ayudan a tener una vuelta al trabajo feliz. Si como propósito de la nueva temporada te apuntas a "clases de step combinadas con acrobacias en monociclo" pensando que es una tortura horrible que sufrirás estoicamente, tampoco reduces el estrés postvacacional.
Softlanding: otra solución al síndrome postvacacional
Así, como explica la experta en escucha biológica, atendamos al "si" en lugar del "no" de esta manera: "Vamos a pensar en mimarnos con comida y ejercicio saludable, vamos a limpiarnos de negatividad y vamos a proponernos alcanzar un objetivo que no hayamos logrado hasta ahora y nos resulte estimulante: algo que implique que nuestra mente y nuestro cuerpo trabajen para conseguirlo".
Empezar de cero va a ser complicado porque la mente no olvida así como así aquello que hizo agobiarte. Si hay un tiempo dedicado a profundizar en las causas que nos llevaron a ese malestar y un deseo profundo de aprender de lo vivido para aprovecharlo en el futuro, la reentré tendrá otro color. No vamos a engañarnos y a pensar que tras las vacaciones nos sentiremos en el trabajo como sobre nubes de algodón, pero sí que podemos sentirnos más fuertes al haber incorporado nuevas herramientas aprendidas para avanzar en el camino.
La escucha biológica es una terapia psico-física que localiza el estrés emocional negativo que ha sido somatizado en el cuerpo para recuperar el bienestar integral.