Cuanto más próximo, mejor. Comprobado: los casos de cáncer de mama son menos numerosos entre las urbanitas que viven cerca de un espacio verde que entre las que lo hacen lejos. De hecho, cuanto más cerca se vive de un parque o jardín, más desciende la cifra de afectadas por esta enfermedad, según un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona.

Bueno para todos. No es la primera vez que se demuestra el efecto positivo que ejercen las zonas verdes. Por ejemplo, otro estudio reciente publicado en Environmental Health Perspectives apunta a que los niños que se crían en hogares rodeados de estos espacios poseen mejores niveles de atención.

El factor estrés

Estudios anteriores apuntaban a que vivir próximo a una zona verde facilita la actividad física y que el aire en esas áreas está menos contaminado, dos factores que contribuyen a prevenir el cáncer de mama; pero los autores de esta investigación sospechan de un nuevo factor: que pasear por el parque reduce nuestros niveles de estrés.

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