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El aceite de coco se ha convertido, sin pretenderlo, en el alimento-tendencia más controvertido del año. De un lado se encuentran celebrities como Gwyneth Paltrow que afirma, literalmente, usarlo para todo, desde enjuague bucal a lubricante sexual. Y Jennifer Aniston confesó que era su secreto mejor guardado para mantener la línea... y el mundo entero la creyó.
Pero de otro lado hay expertos como la doctora Karin Michels de la Universidad de Harvard que asegura que esta grasa es “puro veneno”. ¿Quién tiene razón? Vamos a verlo...
Hay estudios que relacionan el consumo de coco (entero) con algunos beneficios para nuestro organismo, pero, y ahí está el truco, no es lo mismo comer coco que tomar su aceite.
“El aceite de coco, aun siendo vegetal, es rico en grasa saturada y aunque también aporta triglicéridos de cadena corta y media que aunque no se asocian con mayor riesgo de obesidad o de enfermedad cardiovascular (y por eso algunos autores y estudios sugirieron la utilidad del aceite de coco), hay suficiente evidencia científica como para decir que su uso habitual es perjudicial desde el punto de vista cardiometabólico puesto que incrementa la ingesta de grasas saturadas”, expone el doctor Ramón De Cangas, Dietista-Nutricionista y doctor en Biología Molecular y Funcional y académico de la Academia Española de Nutrición y Dietética. De hecho, la American Heart Association compara el aceite de coco con la mantequilla por su contenido en grasa saturada.
Pero a este aceite se le ha dotado de otras virtudes. A la que más partido saca Gwyneth Paltrow es a su comentada capacidad para vencer a los microbios, por eso la buena de Gwyneth se enjuaga con él cada mañana... ¿Qué dice la ciencia de esto?
Anthony Warner, conocido en las redes como Angry chef y encargado oficial de desarticular todas las "nutripolleces" que escuchamos a diario analiza en su libro El chef cabreado este punto... y no sale bien parado: "Aunque parezca mentira, esto está estudiado, aunque de manera muy muy limitada, y se ha demostrado que el aceite de coco tiene un ligero efecto en un grupo muy reducido de personas. El efecto bactericida de los enjuagues con aceite (práctica tradicional ayurvédica que recomienda pasear el aceite por la boca durante veinte minutos) es similar al del colutorio comercial, con la diferencia de que el colutorio funciona más deprisa, no da arcadas y no hay riesgo de consumir cantidades exageradas de grasas saturadas".
Y después de rebatir a Gwyneth es hora de darle un tirón de orejas a Jennifer Aniston, la gurú de tomar una cucharada de aceite de coco al día para adelgazar. La base de este mito se encuentra en que el aceite de coco posee un tipo de grasa llamada TCM, siglas que corresponden a triglicéridos de cadena media.
Es cierto que en laboratorio los TCM han demostrado que pueden incrementar el consumo de calorías diario en un 5% (o lo que es lo mismo, quema unas 120 calorías al día). ¿Pero en qué se traduce eso en nuestro día a día? De nuevo, el chef cabreado nos ayuda a poner las cosas en perspectiva:
"Si el objetivo es ese incremento del 5% extra en la quema de calorías que se obtienen al consumir 30 gramos de TCM, las cuentas dicen que hay que consumir 750 gramos de aceite de coco diarios para conseguir ese resultado. Y así, sí, quemaremos 120 calorías más al día, pero tras consumir 6.000 calorías en forma de aceite de coco, y probablemente vomitar hasta la primera papilla".
Así que no, no hay que tomar aceite de coco para perder peso. Una cucharada de aceite de coco es una cucharada de grasas saturadas, casi todas de cadena larga: un alimento muy calórico que incrementa el riesgo de enfermedades cardiacas.
Si lo vas a usar con muchas restricciones, puedes comprarlo, pero por variar el tipo de grasa, no porque pienses que te va a salvar la vida. “Por ejemplo, puede resultar útil en repostería para reemplazar a la margarina. La margarina aporta grasas trans y el aceite de coco ácidos grasos saturados y entre una grasa trans y una saturada, mejor la segunda”, expone Christian Mañas, del Colegio Oficial de Dietistas Nutricionistas de la Comunitat Valenciana.
¿Significa eso que el aceite de coco es el aceite más saludable que existe? Por si no te ha quedado claro, no. Nuestro aceite de elección siempre debería ser el aceite de oliva virgen extra que posee un tipo de grasa poliinsaturada que sí es beneficiosa para el organismo.