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Sabemos que el desayuno es importante, sin embargo hay alimentos que es mejor evitar en ayunas debido a su alto contenido en grasas o por su acidez. Sorprendentemente, son muchos alimentos de esos que solemos tomar en el desayuno tradicional y muchos de ellos considerados muy saludables para empezar el día con energía.
Café: Pues sí, el tan ansiado primer café de la mañana es una de las principales causas de acidez, así que es mejor optar por infusiones. Por si acaso estás pensando cambiarlo por una taza de chocolate caliente, ten en cuenta que es un alimento muy graso, de digestión pesada y también puede generar gran cantidad de ácido.
Bollería, azúcar y ultraprocesados y chacinas: todos los alimentos que contengan grasas saturadas, como la bollería industrial o los cárnicos procesados, la repostería con gran cantidad de azúcar… Tomarlos en ayunas aumentan la producción de insulina y hacen trabajar al páncreas en exceso lo que puede llevar a la diabetes a largo plazo.
Ajo: Un ingrediente de la dieta tradicional mediterránea que llevamos incluso al desayuno bien restregado en las tostadas con aceite y tomate es uno de los principales causantes de acidez, algo que además se puede ver acentuado con el tomate crudo.
Pan blanco con levadura: La levadura causa irritación de estómago y puede convertir tus mañanas en un calvario de gases, algo que seguro estás deseando evitar a cualquier hora del día.
Cítricos, plátanos y verduras crudas: Los zumos de naranja o de limón son deliciosos en el desayuno, pero su acidez hace que no sean la mejor opción en ayunas ya que pueden agudizar la acidez de estómago. Las verduras crudas también pueden ser dañinas para el estómago mientras que el plátano en ayunas aumenta la carga del corazón por su alto grado de magnesio.
Puestos a preparar el desayuno sin pan blanco, sin zumo de naranja, sin ajo y tomate, incluso sin café, parece que las opciones se desvanecen.
Sin embargo, se puede hacer un desayuno completo y variado incorporando panes integrales y de semillas, cereales naturales, yogur, leches vegetales, manzanas, uvas o papaya, una fruta suave y repleta de beneficios.
Un buen puñado de frutos secos aportará energía y grasas saludables. Por supuesto, aceite de oliva y para beber, alguna deliciosa infusión, entre las mil y una variedades que se pueden encontrar en el mercado.
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