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Uno de los productos típicos de temporada que nos encanta son las castañas. Durante estos meses los puestos abundan en muchas ciudades ofreciéndonos este fruto seco tan calentitas y con un aroma tan especial y característico que se hace tan apetecible que nos cuesta resistirnos. Pero es que además, son uno de los frutos de temporada que más beneficios nos aporta.
Crudas, asadas, fritas, deshidratadas... sean como sean, siempre están buenísimas. Seguramente en alguna que otra ocasión has evitado comerlas por miedo a engordar pero, por fin, puedes quitarte esa idea de la cabeza. Tenemos el gusto de decirte que este fruto seco nos aporta más beneficios de los que creemos porque es un alimento muy saludable y nutritivo.
Las castañas tienen un alto nivel de potasio, magnesio, calcio y fósforo, lo que nos ayuda a mantener los huesos más fuertes y sanos, y a prevenir cualquier tipo de enfermedad ósea.
Este fruto seco es un gran aliado para todas aquellas personas que padezcan algún tipo de enfermedad cardiovascular como la diabetes o la obesidad. Rico en ácidos omega 3 y omega 6, imprescindibles para no producir alteraciones en nuestra sangre y, como todo alimento vegetal, es beneficioso para el colesterol.
Las castañas son ligeras y perfectas para picar entre horas y, por supuesto, para comerlas de forma controlada si queremos perder peso. Esto se debe a que tienen menos cantidad de grasa que otros frutos secos, poco más de 200 calorías por cada 100 gramos. También cuentan con un alto contenido de fibra y carbohidratos.
La fibra que contienen las castañas es, sin duda, una gran ventaja para nuestro intestino y ayuda a prevenir el estreñimiento e, incluso, enfermedades más graves del intestino grueso como el cáncer de colon.
La castaña tiene un gran poder antioxidante, ya que tiene un alto contenido de vitaminas B, C y E, por lo que además de aportarle luminosidad a la piel, las castañas retrasan el envejecimiento de las células.
Son muy ricas en vitamina C, especialmente cuando se comen crudas, lo que nos ayuda a activar nuestras defensas y protegernos de los típicos constipados de este tiempo.
Podemos aprovechar los días de otoño para comer una pequeña ración a media mañana o a media tarde de unos 50 gr. que equivalen a unas cuatro castañas. Además, es un aperitivo ideal para consumir antes o después de realizar ejercicio, ya que te dará la energía que necesitas gracias a los hidratos de carbono, sin olvidarnos de su aporte extra de fibra y vitamina C para el organismo.
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