El maratón navideño suele comenzar con la primera cena entre amigos, seguida por la fiesta de la empresa, las copas de despedida con las compañeras de crossfit... y suma y sigue hasta el día de Reyes. Para aliviar el sistema digestivo , atiborrado de azúcares y grasas, hay que empezar a hacer buenas elecciones. La primera medida para no despeñarse por la pendiente de la sobreingesta es que rompas de una vez con el mito de las cinco comidas diarias. Como afirma el investigador Walter Longo, autor de La dieta de la longevidad (Grijalbo): "Una persona que está en su peso debería comer tres veces al día y una con sobrepeso, dos y un tentempié". Por lo tanto, si hemos comido abundantemente el día anterior, al día siguiente es mejor no cenar u optar por un menú ligero (una sopa de verduras y un yogur). Lo que debemos asegurarnos es de cubrir en esas comidas los nutrientes que necesitamos: una porción pequeña de proteínas en forma de pescado, una cucharada sopera de aceite de oliva, verduras, una o dos piezas de fruta y uno o dos lácteos.
1. Un desayuno détox: después de un exceso, desayuna apostando por los alimentos que estimulan las secreciones gástricas y aumentan la absorción de nutrientes. Por ejemplo, prepárate con un gran vaso de zumo de arándanos, limón y piña (en la misma proporción), mezclado con agua mineral rica en magnesio. Si necesitas algo sólido, puedes añadir una rebanada de pan integral untada con puré de piña o de arándanos.
2. Apuesta por el verde: las frutas y las verduras son tus mejores aliados... si los sabes aprovechar. No te olvides de elegir opciones de elaboración saludables, como la cocción al vapor, en papillote o los guisos a fuego lento desgrasados.
Toma nota: solo una de cada cinco personas no tiene resaca tras una noche de juerga, según los investigadores de la Universidad de Keele (Reino Unido). Si no formas parte de ese afortunado (y escaso) porcentaje, al día siguiente te tocará afrontar las temibles consecuencias de tu ingesta de alcohol en forma de dolor de cabeza, malestar general y boca pastosa.
Rehidratarte bebiendo agua, tomar un analgésico que tenga efecto antiinflamatorio y restaurar los niveles de glucosa en sangre tomando una tortilla francesa te ayudará a combatir los síntomas, según los investigadores británicos.
1. Más vale prevenir: el cardo mariano protege el hígado y contrarresta el efecto del alcohol, pero para que funcione debes tomarlo durante toda la semana. Puedes complementar su efecto consumiendo un suplemento de aceite de onagra el día de la fiesta: sus ácidos grasos han demostrado virtudes antirresaca.
2. Con alcachofa. Es la verdura que más acelera la eliminación de toxinas. Procura que no falte en tu despensa navideña
Entre el cordero de tu madre y el cochinillo de casa de tus suegros sientes que tu estómago está a punto de tirar la toalla. Ayuda a compensar el esfuerzo bebiendo agua de membrillo y manzanilla. Para hacerla, necesitas dos membrillos bio, un par de cucharadas de flores de manzanilla secas, un chorrito de zumo de limón y un litro de agua.
Pica los membrillos, introduce las flores en una bolsita para hacer té, mezcla todos los ingredientes y macera en la nevera 12 horas. Esta bebida, rica en vitamina C y potasio, te ayudará con las digestiones más difíciles. Otra opción es beber kombucha, una bebida fermentada que beneficia a la flora intestinal.
1. Moviliza el intestino. Mejora la digestión masajeando el vientre en movimientos circulares con un aceite de almendras en el que hayamos diluido dos gotas de aceite esencial de albahaca.
2. Contra la hinchazón. El remedio oriental antiempachos se llama ume-sho-kuzu y se elabora cociendo en agua una ciruela umeboshi para añadir después una cucharada de kuzu y unas gotas de tamari. ¿La dosis? Una taza al día.
No falla: aunque quedes a mediodía para despedir el año con tus amigas de la universidad, acabas llegando a tu cama a las tantas. Y así una cita tras otra, tras otra... ¿Cómo puedes limitar el destrozo que hace a tu sueño el trasnochar?
Tu salvación se llama siesta exprés. Echar una cabezadita de apenas 15 o 20 minutos a mediodía es suficiente para que recargues las pilas y, lo que es más interesante, afrontar una jornada que sabes que se va a alargar por la noche. Eso sí, conviene que programes una alarma para despertarte: el objetivo es descansar sin entrar en la fase REM y no caer en un sueño profundo.
1. Un chute natural. Antes de irte a la cama, asegúrate de tener llenas tus reservas de triptófano, un aminoácido esencial para la formación de las principales hormonas que intervienen en nuestro descanso: la serotonina y la melatonina. Toma nota de los alimentos que te ayudarán a inducir y mantener el sueño porque son ricos en este aminoácido: plátanos, piña, aguacate, leche, carne, huevos, pescado azul y frutos secos (especialmente las nueces). Para optimizar sus efectos, tenlos en cuenta a la hora de elaborar tus menús para merendar o inclúyelos en tus cenas
Para los niños, puede que la Navidad sea sinónimo de ilusión; pero para muchos adultos, tanta reunión familiar esconde una buena dosis de estrés y mal rollo. "En estas fechas los sentimientos se agudizan y se pueden rememorar viejas rencillas. La clave es la tolerancia. Si no somos tolerantes, aceptando y perdonando, no avanzamos. Aprovechemos la oportunidad para conectar con nuestros valores personales y nuestras motivaciones", aconseja David Gómez, de la Asociación Española de Coaching.
Por si la cena con tu suegra es capaz de arrasar con tus buenas intenciones, apúntate esta técnica de respiración apta para relajaciones exprés: agarrada al borde de una silla, con la espalda recta, los hombros relajados y la mirada fija al frente, inspira durante cuatro segundos contando con los dedos, y luego suelta el aire otros cuatro segundos. Repite durante cinco minutos... ¡y suerte!
1. Hazte fotógrafa. Si no te ves capaz de superar la Navidad sin "terapia", toma nota de lo último en mindfulness: fotografiar paisajes. Sus adeptos afirman que esta técnica desestresa y ayuda a reconectar con uno mismo.
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20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
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