¿Eres de las que cada vez que te duele algo recurres más a Google que a los propios médicos? ¿Eres hipocondriaca? Si de un simple dolor de cabeza, sacas tu propia conclusión de que tienes un tumor buscando información en la red, ten cuidado: podrías estar sufriendo hipocondría digital.

No es recomendable. Pero tampoco lo puedes evitar y, aunque te digan mil veces que no lo hagas, buscas a hurtadillas la información que más te interesa para confirmar tus peores sospechas. Tranquila, no eres la única. De hecho, las estadísticas arrojadas por un sondeo de Ipsos en toda Europa demuestran que Google es la segunda fuente de referencia por detrás de los médicos. El problema vienes si esto se convierte en una obsesión.

Tal y como explica Francesca Román, directora de Centrum Psicólogos, en una entrevista a S Moda “El chequeo en internet es una de las soluciones propias de esta época que buscan las personas hipocondriacas. Ante tal cantidad de entradas y datos dispares que se alcanzan inmediatamente, la persona que padece hipocondría sesga la información y presta especial atención a la información que parece confirmar lo que le interesa”.

Cómo detectar la hipocondría digital

“El criterio para detectar la hipocondría, en este caso aplicada al plano digital, es cuando esta búsqueda es continua y el cuadro ansioso que conlleva interrumpe la normalidad de la actividad diaria y las actividades laborales, académicas o de ocio se ven significativamente afectadas por esta conducta”, así lo señala Román al mismo medio.

Es decir, si te pasas el día buscando información en internet sobre aquello que te pasa o te deja de pasar y dejas a un lado tus tareas, o incluso has llegado a automedicarte, la cosa pinta mal. La hipocondría digital se ha apoderado de ti. Y lo más seguro es que el siguiente paso sea acudir a tu médico para informarle de lo que te ocurre y confirmar ese diagnóstico que Google te ha dado a golpe de ratón.

Cómo combatirla

Poner fin a esta espiral de miedos y ansiedad no es nada fácil, pero se puede conseguir. El primer paso es no buscar una explicación a tus males en Google. Si te duele algo o te encuentras mal, e s mejor que acudas a tu médico de cabecera o al especialista. Ellos mejor que nadie sabrán darte un diagnóstico más adecuado.

Si no eres capaz de superarlo por ti misma, recurre a un profesional que identifique el origen de la hipocondría y te ayude

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