El caldo de huesos y sus asombrosos beneficios para la salud

Quizás te sorprenda y este vuelta de tuerca al pasado pero es que la cocina de nuestras abuelas está más de moda que nunca y el caldo de huesos es uno de los platos más saludables del mundo. Un alimento cargado de beneficios, sencillo de preparar, económico y con una concentración de nutrientes excepcional.

Si eres fan de la comida saludable seguro que te habrás apuntado a tendencias healthy como los zumos verdes, el ghee , los batidos de proteínas, los superalimentos o el poke bowl, pero hay un alimento asombroso y súper sano que te sonará mucho de vérselo hacer a tu abuela: el caldo de huesos (o bone broth) que ya ha arrasado en EEUU.

Se ha utilizado durante años como una de las mejores medicinas del mundo por su elevado poder nutricional. En el S.XVIII el químico y farmacéutico francés Antoine-Alexis Cadet de Vaux hizo un estudio exhaustivo sobre las propiedades del caldo de huesos y sus hallazgos aparecieron publicados en su obra 'Memoria sobre la gelatina ósea y su aplicación a la economía alimentaria’ dándole a este plato la importancia que se merece como alimento saludable. Ahora entenderás el porqué.

Se trata de una infusión con agua y huesos a la que se le pueden agregar diferentes verduras y condimentos que se hierven a fuego lento durante horas. Una elaboración tradicional, sencilla y económica que se sirve en muchos lugares del planeta y que llevan haciendo nuestras sabias abuelas desde tiempos inmemoriales.

Entre sus nutrientes se encuentra la glicina, aminoácido esencial que facilita el proceso de digestión y la regeneración celular; prolina, que si se combina con Vitamina C contribuye a mantener la piel sana y bonita al ser un precursor del colágeno; también cuenta con minerales como calcio magnesio o fósforo; y es una gran fuente de proteínas con un alto grado de biodisponibilidad.

Ese dicho popular que un buen caldo es lo mejor para combatir catarros, gripes y resfriados no es un cuento de abuelas, el caldo de huesos inhibe la migración de neutrófilos (situación que se da ante una infección y que provoca inflamación en el cuerpo) mejorando así los síntomas de gripes y catarros reforzando el sistema inmunológico.

Contiene glucosamina y condroitina que ayuda a minimizar las molestias en las articulaciones y en casos de artritis. Al ser rico en gelatina y colágeno es un alimento perfecto para mantener el cabello y las uñas fuertes y sanas. Alivia el síndrome del intestino permeable, mejora la salud bucal y la ósea, favorece la eliminación de toxinas y promueve la pérdida de peso, incluso ayuda a reducir la celulitis. ¿A quién le apetece un caldito?

Elaboración: Si doras los huesos en el horno antes de cocinar el caldo este será aún más sabroso. Mete los huesos en el horno (precalentado a 200 ºC) durante unos 40 o 45 minutos (si vas a utilizar restos de un asado puedes saltarte este paso).

Puedes hacer el caldo en crock-pot o slow cooker, las llamadas ollas de cocción lenta, o bien en una olla tradicional.

Si te decantas por la opción tradicional pon los huesos en la olla junto con el vinagre (que hará que los minerales se extraigan mucho mejor y queden en el agua), el alga, los ajos y el agua. Déjalo todo reposar unos 20 minutos. Enciende el fuego al máximo y cuando comience a hervir bájalo al mínimo.Ve retirando la espuma que se vaya formando en la superficie. Déjalo cocer unas 3 horas (lo ideal serían mínimo 6 horas) e incorpora las verduras cortadas que hayas escogido (si has decidido ponerle verduras a tu caldo), déjalo hervir durante 1 hora más a fuego bajo. Una vez terminada la cocción cuélalo y deja que temple. Llévalo a la nevera, en unas horas el caldo debería estar gelatinizado y cuando la grasa solidifique podrás retirar el exceso fácilmente.

No te agobies si no gelatiniza lo suficiente, el caldo seguirá siendo un tónico muy nutritivo. Las manitas de cerdo hacen que gelatinice mucho mejor así que ahí tienes un truco para conseguir gelatina de forma eficaz.

Las crock-pot dan buenísimos resultados para hacer este tipo de elaboraciones, ya que lo ideal sería mantener la cocción durante 48 horas para los huesos de vacuno o 24 horas para los de pollo, así se extraen todos los nutrientes de los huesos y quedan en el caldo. Esos tiempos son incompatibles con la preparación en olla tradicional por eso mucha gente se decanta por estas ollas de cocción lenta.

En cuanto a su conservación, puedes guardarlo en la nevera durante una semana o congelarlo, tanto en envases grandes como en cubiteras para guardarlo y usar en diferentes platos.

El caldo de huesos es un cóctel asombroso de nutrientes, muy económico y con una elaboración de lo más tradicional. Remineralizante, delicioso y extraordinariamente saludable, algo más que un plato reconfortante, así que, a partir de ahora, ¡hazle más caso a tu abuela!

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