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La sal rosa del Himalaya está considerada la sal más pura del planeta. Proviene de las montañas de una región de Pakistán y es famosa por su alto valor nutricional y sus propiedades terapéuticas. Otro dato de interés para las más ‘cuquis’ es que su aspecto rosado y brillante les otorga un ligero parecido a cristales preciosos como los de un cuento. Este tono, digno de princesas Disney, se debe a su alto contenido mineral procedente de las minas más profundas de la Cordillera de Himalaya, de ahí que su pureza sea de más del 99%.
La sal del Himalaya contiene unos 84 minerales y oligoelementos, entre los que se incluye el calcio, magnesio, potasio, hierro y cobre. Si la comparamos con la sal común, la rosada es más saludable y equilibrada, ya que, afirma Natàlia Calvet, coach y experta en hábitos saludables, “está menos refinada que la sal de mesa habitual y aporta algunos oligoelementos interesantes”. Es decir, mientras la sal de siempre termina perdiendo sus minerales, la rosa mantiene la mayoría de sus propiedades. Además, prosigue Natalia, “se considera que puede ayudar en problemas respiratorios y a conservar un pH óptimo en la sangre”.
No te fíes del blanco puro como la nieve, muchas de estas sales de uso comercial, son sometidas a un proceso de blanqueo que contiene derivados de aluminio y otros ingredientes tóxicos para la salud.
Prueba a dar un toque pink a tus comidas con un pellizco de sal rosa y sin perder un ápice de sabor, tu salud te lo agradecerá.
A pesar de que demasiado sodio en la dieta puede traer consigo un aumento de la presión arterial, la sal del Himalaya controla la hipertensión, gracias a sus minerales que regulan los niveles de sodio y estabilizan los latidos del corazón.
Si bien la sal refinada es famosa por ponernos las piernas hinchadas, la variedad rosa combate la retención de líquidos debido a sus oligoelementos que favorecen la circulación.
Los minerales de esta sal, además, poseen efectos mágicos contra las migrañas. Se debe a que su asimilación en el organismo favorece la producción de serotonina (la hormona de la felicidad y el bienestar) Esto, sumado a su efecto antiinflamatorio, relaja la tensión de los músculos en la cabeza y disminuye los dolores.
En definitiva, la sal de Himalaya no solo posee usos culinarios sino también terapéuticos, de modo que ya puedes añadirla a la lista de la compra y nombrarla sustituta de su versión refinada.
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