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El mito sobre las vitaminas

Son muchos los que comienzan a tomar vitaminas de manera voluntaria y sin prescripción médica, algo no recomendable.

Desmontamos los mitos de las vitaminas. / D.r.

David Saldaña
David Saldaña

Según se cuenta, Isabel Preysler es inseparable de sus vitaminas, las cuales ingiere varias veces al día junto a otros suplementos dietéticos como el Omega 3, entre otros. ¿Será este el secreto de su eterna juventud o quizá lo sea una genética privilegiada? Más recientemente, las Kardashian, que todo lo que tocan lo convierten en oro, han popularizado a través de Instagram unas vitaminas para el pelo con forma de osito. Según prometen, en tres meses el cabello se embellece de tal manera que casi se puede rodar un anuncio de champú. Eso sí, los ositos son más caros que los míticos de goma de colores de Haribo y el tratamiento completo se consigue por el módico precio de 70 euros.

Más allá de la fiebre cosmética o antienvejecimiento, ¿quién no ha visto tomar o incluso se ha automedicado con vitamina C para prevenir los resfriados o la gripe? ¿Quién no ha tomado vitamina B12 para la resaca después de una noche toledana? Por no hablar de la prevención de otro tipo de enfermedades como el cáncer. ¿Qué hay de mito y qué hay de realidad en el uso de vitaminas?

Efectos limitados

Incluir las vitaminas en nuestra dieta es obligatorio. Son sustancias fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo y la mayoría de ellas no pueden ser fabricadas por nuestro propio cuerpo, por lo tanto debemos incluirlas en nuestra alimentación. Su carencia o déficit puede producir graves enfermedades. Una honrosa excepción es la vitamina D, ya que la podemos sintetizar nosotros mismos tomando el sol y, de esta manera, prevenir diversas enfermedades como la osteoporosis en personas mayores.

¿Los suplementos de vitamina C previenen el constipado? Según conclusiones que se pueden extraer de diferentes estudios científicos, su efecto sobre este tipo de enfermedades es muy limitado o nulo. Como hemos señalado anteriormente, tomar vitamina C es necesario ya que es un componente fundamental en la reparación de los tejidos, la absorción de hierro, etc. Se puede tomar al ingerir fruta (como la guayaba o el lichi, donde se encuentra mayores concentraciones que en la naranja) o en las verduras como el brócoli, pero hay que tener en cuenta que con el calor se destruye fácilmente. Las formas químicas de los suplementos en pastillas y la de la fruta o verduras son diferentes, se absorben mejor estas últimas.

Siempre será mejor tomar vitaminas en su estado natural

¿La vitamina B12 previene la resaca o la intoxicación etílica? La respuesta es no. Cuando una persona ingresa en urgencias con una intoxicación de este tipo, el tratamiento que se le aplica es suero glucosado para prevenir la deshidratación y la hipoglucemia producida por el alcohol junto con vitamina B1 y B6, para prevenir el daño neurológico y neuromuscular.

¿Las vitaminas previenen el cáncer? Según diferentes estudios no existen evidencias de que suplementos de vitaminas A, E, C o selenio prevengan la mortalidad por cáncer. Sí hay estudios que han asociado la ingesta de suplementos vitamínicos en fumadores con un aumento del riesgo de padecer cáncer de pulmón. También hay evidencias de que estas sustancias podrían interferir o disminuir la eficacia de algún tratamiento contra el cáncer.

Con recomendación médica

En resumen, podemos afirmar que hoy en día los suplementos vitamínicos solo son necesarios en determinados estados carenciales o de riesgo, o en algunas enfermedades. Siempre bajo prescripción médica. Casi siempre será preferible tomar estas sustancias en su estado natural a ingerirlas en formas farmacéuticas como los comprimidos, ya que se absorberán mejor y tendrán un mayor efecto.

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