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Si en lugar de estar hablando de alimentos lo hiciésemos de personas, ahora mismo estaríamos ante la Ariana Grande de la frutería, destronando a la mismísima sandía y al aguacate en materia de popularidad en Instagram. En el caso de haber un podio de las redes sociales, la pitahaya (también conocida como pitaya o fruta del dragón) se erigiría con la reina absoluta gracias a las 300.000 instantáneas que protagoniza y a que incluso puede presumir de hashtag propio. ¡Y no es de extrañar! Discreta por fuera, preciosa por dentro y fotogénica como ninguna otra, esta fruta procedente de Centroamérica (su producción se ha expandido a otras regiones del mundo) ha seducido a influencers como Gala González o Mimi Albero. Pero no os creáis que es exclusivamente por su estética por lo que gana adeptos, lo mejor lo guarda en su interior.
Por su cáscara la reconoceréis. La pitahaya tiene una forma ovoide con unos 10 centímetros de largo por 6 de ancho. En su nacimiento luce un color verde que se torna en rosa o amarillo, dando lugar a sus tres versiones: amarilla o rosa con pulpa blanca y pitahaya rosa con pulpa carmesí. Su piel escamosa está formada por espinas duras y agudas que se desprenden con facilidad y que contrastan con su interior carnoso plagado de semillas similares a las del kiwi. En cuanto al sabor es delicado, similar al agua azucarada con un toque cítrico, lo que la hace fácilmente integrable en batidos, ensaladas y postres.
Pero lo más sorprendente está en todos los beneficios que tiene para nuestra salud. En primer lugar, es un potente antioxidante, rico en fibra y con un alto contenido en proteína vegetal. Cargada de vitamina C, retrasa el envejecimiento celular, además de reforzar el sistema inmunológico. La vitamina A que contiene favorece al mantenimiento de los tejidos blandos, por lo que mejora la visión. Regula el nivel de azúcar en sangre, ayuda a disminuir el colesterol y posee un gran efecto antiinflamatorio. Además, es rica en vitamina B, calcio, hierro, fósforo y ácidos grasos Omega 3, 6 y 9.
¿Qué más se le puede pedir? Si lo que estás pensando es en tu dieta, debes saber que su valor nutricional es de unas 45 kcal por cada 100 gramos y que casi un 90% de su contenido es agua, por lo que favorece la acción intestinal, es saciante y perfecta para incluir en tu menú diario. A la hora de consumirla, lo más frecuente es encontrarla en bowls junto a cereales y otras frutas como son el plátano, la pera o las fresas; integrada en smoothies con piña o plátano y frutos rojos, por ejemplo; o en ensalada con lechuga, pollo, tomates cherry y manzanas.
¿Te animas a probar la fruta más “instagrameada” del momento? Sus múltiples virtudes (y no nos referimos a la fotogenia) te convencerán de que la incorpores, al menos, dos veces por semana en tu rutina diaria.
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