El kéfir es un alimento ancestral que en turco significa ‘sentirse bien’, fuertemente ligado al término ‘bendición’, y no es para menos, dados los muchos beneficios saludables que este probiótico aporta al organismo. Ahora descubrirás por qué el kéfir es casi un objeto de culto en Oriente Medio, por qué está siendo cada vez más famoso en Occidente y cómo puedes prepararlo tú misma en casa de forma sencillísima.
Según la leyenda sumaria los dioses regalaron a Noé una planta de kéfir. Los musulmanes lo han llamado ‘Los granos del Profeta Mahoma’ y se le consideraba maná de Alá. Incluso Marco Polo lo mencionaba en sus relatos y, en el S.XIX empezó a utilizarse como remedio contra la tuberculosis. ¡Es un superalimento con mucha historia!
Aunque este producto originario del Cáucaso comenzó en Occidente siendo un alimento más vinculado a la medicina alternativa, está abriéndose al público general siendo ya consumido por una buena parte de la población interesada en mantener una vida lo más saludable posible.
El kéfir es un hongo con un aspecto similar a la coliflor, con gránulos o nódulos blandos. Aunque el hongo sea el mismo, se habla de kéfir de agua (que es el que tiene mayores beneficios) y kéfir de leche (que es el que tiene más fama) por la adaptación que hace en ambos medios. Es decir podemos obtener la bebida fermentándolo en leche o en agua.
El kéfir de agua no necesita lactosa para su proceso de fermentación, lo que le hace perfecto para intolerantes, veganos y alérgicos. El agua no aporta ningún nutriente que altere, como puede hacer la leche, los microorganismos presentes en el kéfir. Es por esto que actúa de manera más eficaz.
Otra de las ventajas del kéfir de agua sobre el de leche es que no altera el proceso digestivo y sus nutrientes pasan de forma más rápida a la sangre. Al no contener los azúcares que presenta el kéfir de leche, también ayudaría a regular el nivel de glucosa en sangre.
Cuenta con bacterias (lactobacilos, leuconostococos, lactococos y acetobacterias) y también levaduras que son las responsables de proteger la microbiota y regular el sistema digestivo.
Es una bebida muy interesante a nivel nutricional que aporta al organismo vitaminas, minerales y aminoácidos, refuerza el sistema inmunológico y reequilibra la flora bacteriana alejando enfermedades y fortaleciendo la salud.
Puedes comprarlo en tiendas especializadas o bien hacerlo en tu propia casa. Las personas que tienen kéfir en casa suelen regalar los excedentes para que otras personas se puedan beneficiar de sus bondades, pero si no encuentras quién pueda donarte kéfir podrás adquirir los nódulos también en tiendas.
El kéfir de agua es ideal para consumir en ayunas, se puede tomar a diario y cuenta con multitud de microorganismos que van a aportarte muchos beneficios saludables. Toma nota de cómo fabricar tu propio kéfir de agua en casa.
1 litro de agua filtrada
40 gramos de azúcar
4 cucharadas de gránulos de kéfir
1/2 limón
20 gr de pasas (o bien dátiles, ciruelas, orejones, higos…)
Elaboración: Disuelve el azúcar en el agua y agrega los gránulos de kéfir, el limón y las pasas. Tápalo con un paño o muselina y déjalo fermentar durante unos 48 horas. Tras ese tiempo cuela la mezcla y añade el limón sin exprimir y consérvalo en la nevera en un envase o botella de vidrio no llena hasta arriba para dejar espacio al gas que resulta de la fermentación. Voilà!
Si prefieres preparar el kéfir de leche, resultante de una doble fermentación (kéfir y leche), esta sería la receta a seguir:
Pon los nódulos de kéfir en un tarro de vidrio o cristal y añade tres cucharadas soperas de leche entera por cada cucharada de kéfir. Al igual que en la elaboración del kéfir de agua, tapa el envase con un trapo o muselina o tápalo si cuenta con tapa hermética (recuerda dejar espacio para el gas). Déjalo reposar a temperatura ambiente durante unas 24 horas, cuélalo y vuelve a repetir el proceso añadiendo más leche. Después de esta última fermentación ya puedes llevarlo a la nevera y estaría listo para tomar.
Puedes incluir kéfir en recetas de bizcochos, bowls de desayuno con frutas, yogures, como bebida, batidos, flanes…
Ya puedes beneficiarte de todas las propiedades saludables que brinda este alimento milenario que tanta fama está cobrando en los últimos tiempos. Una receta que algunos guardaban celosamente y que ahora puedes disfrutar preparándola en tu propia casa. La fórmula para ‘sentirse bien’ está ya al alcance de tu mano.
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