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¿Adelgazar sin pasar hambre? Es posible, solo tienes que integrar en tu día a día hábitos saludables que te harán tener un buen control de peso y adelgazar sin esfuerzo, eso sí, ¡tienes que ser constante! Pero prometemos que te lo vamos a poner fácil.
Esto quiere decir que comas de manera saludable el 80% de, por ejemplo la semana, y el otro 20% te des algún capricho. De esta manera no sentirás que estás haciendo una dieta estricta, restarás ansiedad por comer y se te hará mucho más llevadero integrar en tu vida un estilo de vida saludable. Todo es mejor si sabes que vas a darte un buen homenaje en una o dos comidas semanales, ¿verdad?
Estos serían los famosos ‘cheat meal’ o comida trampa, además de ayudar a que tu metabolismo no se estanque, vas a acelerar la quema de grasas y te va a facilitar seguir tu dieta con otra perspectiva y con mejor humor.
Ya sea de origen vegetal o animal deberías acompañar todas tus comidas con proteína ya que favorecen el proceso digestivo, son saciantes y son fundamentales para mantener sanos los órganos y los tejidos.
Contribuyen a la pérdida de peso y al buen funcionamiento del metabolismo. Facilitan la quema de grasa pero sin perder masa muscular, así que mantendrás a raya la flacidez.
Si tomas proteína en el desayuno vas a evitar picotear entre horas alimentos poco recomendables gracias a su efecto saciante. Por ejemplo, una tortilla de claras y champiñones acompañada de aguacate y unos frutos rojos sería un gran desayuno que no haría que estuvieras a media mañana pegada a la máquina de vending de la oficina.
Un sueño reparador es la mejor base para tener una vida sana. La falta de sueño engorda, y no lo decimos solo nosotras, está probado que hace que las hormonas implicadas en la sensación de hambre se desequilibren. La leptina (hormona de la saciedad) se encuentra en niveles muy bajos cuando no descansas bien y la grelina (hormona del hambre) aumenta estimulando el apetito, así que no dormir bien te haría tener más hambre y comer de forma compulsiva ergo, engordarás.
Asegúrate un descanso reparador para que tu cuerpo mantenga en buen estado todas sus funciones y puedas controlar mejor tu peso.
Todo lo que esté empaquetado míralo con lupa, seguramente contenga azúcares, conservantes, aditivos… nada más lejos de tus objetivos así que evítalos siempre que puedas y opta por comida ‘real’, esta es la que puedes ver claramente qué es, como la fruta, la verdura, el pescado, la carne ecológica…
Minimiza también el azúcar, los edulcorantes, el alcohol y los malos hábitos perjudiciales para la salud como el tabaco, recuerda que estás en el camino para llevar una vida más sana y fumar no debería entrar dentro de tus planes.
Necesitas moverte, es fundamental para mantenerte ágil, tonificada, quemar calorías, liberar endorfinas y sentirte mejor. No hace falta que te mates cada día en el gym, puedes optar por ir a nadar, correr, montar en bicicleta, pasear, hacer yoga, pilates…
Si sigues una dieta sana y equilibrada permiténdote caprichos, duermes bien, tienes un estilo de vida saludable y hacer ejercicio de manera regular no vas a tener que ponerte a dieta de adelgazamiento nunca más. Empieza poco a poco y ya verás que al ser tan flexible vas a poder integrar este modo de vida rápidamente en tu día a día, y si no, tiempo al tiempo.
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