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El límite. En nuestro país, uno de cada cuatro habitantes está expuesto a niveles de ruido superiores al umbral "saludable" (55 decibelios durante el día y 50 por la noche), de acuerdo con el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. En las ciudades, el tráfico es el responsable del 85% de las emisiones acústicas y supera los 80 decibelios de media.
Los daños. El ruido constante nos enferma, aunque nos hayamos acostumbrado a él. Un estudio publicado en Environment International ha calculado que rebajar el ruido del tráfico en una ciudad como Barcelona supondría 1.700 casos menos de enfermedad cardiovascular, 850 menos de ictus y 740 menos de depresión cada año.
El ruido del tráfico es el segundo factor ambiental estresante más perjudicial en Europa, justo por detrás de la contaminación atmosférica. Entre otros efectos, se relaciona con el deterioro cognitivo, la alteraciones del sueño, el estrés, la ansiedad, la hipertensión y el infarto, según datos del Observatorio de Salud y Medio Ambiente de DKV.