Lupus, viviendo con el enemigo

"Marta, de 20 años, ingresó hace unos meses en mi hospital por graves alteraciones de conducta", relata la doctora María Galindo Izquierdo, reumatóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, presidenta de la Comisión Nacional de Reumatología y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER). La joven había abandonado a su hermana de cinco años en la calle, tenía risas incontrolables, decía frases sin sentido, creía que la televisión y la radio le hablaban a ella directamente... "Tenía antecedentes de asma estacional y dermatitis atópica, y al explorarla vi que tenía el paladar ulcerado, las piernas hinchadas y una erupción rojiza en forma de alas de mariposa en la cara, síntomas todos de lupus. La analítica, las pruebas neurológicas y psiquiátricas, y una biopsia de riñón confirmaron mis sospechas: Marta padecía lupus eritematoso sistémico, una de las enfermedades autoinmunes más graves que existen", explia la doctora Galindo.

"Eritematoso" hace referencia a los eritemas o erupciones cutáneas que conlleva la enfermedad; "sistémico", a que puede afectar a todos los tejidos y sistemas del organismo. En el caso de Marta, la especialista vio que estaban afectados los riñones y el sistema neurológico. "Para controlar la enfermedad y evitar consecuencias fatales, le recetamos dosis altas de glucocorticoides y ciclofosfamida intravenosa (un inmunosupresor) durante seis meses. Por suerte, el tratamiento funcionó y todos sus síntomas han mejorado. Ahora, con un tratamiento de mantenimiento, con dosis pautadas de un inmunosupresor, se mantiene estable", asegura la especialista.

"Aunque muchos pacientes temen el empleo de corticoides o inmunosupresores -aclara la doctora Galindo-, estos medicamentos evitan que el sistema inmunitario sobreactúe y, en casos como el de Marta, son absolutamente necesarios. Un especialista con experiencia sabe prescribir las dosis que cada paciente necesita, evitando al máximo los posibles efectos secundarios. Lo importante es tratar a cada paciente de forma individualizada".

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una de las 100 enfermedades autoinmunes que se conocen en la actualidad, y una de las más frecuentes. Todas ellas aparecen cuando el sistema inmunitario de una persona actúa por error y, en vez de lanzar sus ataques contra bacterias, virus y otras amenazas reales, ataca a las células y los tejidos sanos del propio organismo.

En nuestro país, padecen estas dolencias unas 40.000 personas, el 90% de ellas mujeres. La prevalencia es entre cinco y 10 veces mayor en la población de origen africano, y más frecuente también en personas de etnias asiáticas y latinoamericanas. Esto se debe a razones genéticas: los genes que regulan las funciones inmunitarias se heredan de forma diferente en cada etnia. "En estos grupos no solo son mayores la prevalencia y la incidencia de las enfermedades autoinmunes; también son más acusadas las manifestaciones clínicas, la gravedad y la respuesta al tratamiento. Tienes que estar atenta a esa realidad cuando tienes que atender a tus pacientes", explica la reumatóloga.

Los ataques autoinmunes pueden dirigirse a cualquier parte del cuerpo, desde los nervios a los músculos, pasando por la piel, los riñones, el corazón, los intestinos, la sangre, la glándula tiroides y otros órganos, aunque casi todas estas dolencias afectan a las articulaciones y son más frecuentes en las mujeres. "Precisamente porque alrededor del 80% de los afectados son mujeres -afirma la doctora Galindo-, hace años se pensó que las hormonas femeninas tenían que ver en su desarrollo. Hoy sabemos que la mayoría son poligénicas y multifactoriales; es decir, necesitan la interacción de varios genes y factores externos o ambientales para desarrollarse. A la vez, nuevos estudios señalan que ciertas particularidades genéticas femeninas pueden explicar el mayor riesgo que tienen las mujeres de padecerlas".

"Trabajar en un centro grande como el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid me ha permitido ver a muchísimas pacientes con diversas enfermedades autoinmunes. Por otra parte, contar con el respaldo de la SER me da la oportunidad de colaborar con especialistas de muchos centros, algo esencial para tener una visión global y poder cotejar datos importantes".

Muchas pacientes, sin embargo, se quejan de haberse pasado años yendo de médico en médico hasta que por fin un especialista ha acertado con el diagnóstico y el tratamiento. "Eso pasa porque a menudo los síntomas de estas enfermedades son muy vagos (cansancio, dolores articulares o musculares, insomnio...) y pueden atribuirse a otros trastornos", interviene la experta. "Por eso es importante acudir a reumatólogos con experiencia y que tengan relación con especialistas de otros centros. ¡Es un aprendizaje que nunca acaba!", concluye.

El tratamiento a seguir depende del tipo de enfermedad, de la gravedad de los síntomas y de las particularidades del paciente (la edad o que tenga otros problemas de salud, como hipertensión, diabetes mellitus o insuficiencia renal...). "Por suerte, la llegada de la terapia biológica ha permitido avanzar mucho, tanto en el conocimiento de los mecanismos implicados como en el abordaje terapéutico", declara la doctora Galindo.

Entre todas las especialidades médicas, la reumatología es la que más estudia y trata enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus, la artritis reumatoide o la artritis psoriásica. Estas enfermedades comparten patología del aparato locomotor y un mecanismo común autoinmune o inmunomediado. "Dicho eso, por la gran variedad de manifestaciones clínicas, su manejo exige a menudo la colaboración con nefrólogos, dermatólogos, neumólogos y cardiólogos. ¡Todos somos necesarios!", concluye la especialista.

1. Lupus eritematoso sistémico: Los anticuerpos atacan a los tejidos. Puede afectar a pulmones, piel, sangre...

2. Diabetes tipo 1: Las células del páncreas, productoras de insulina, sufren el ataque. Suele debutar en la adolescencia o la juventud.

3. Artritis reumatoide: El sistema inmune ataca el recubrimiento de las articulaciones y genera inflamación y dolor.

4. Esclerosis múltiple: La "víctima" es la mielina, que recubre las células nerviosas. Los síntomas: cansancio, falta de equilibrio, pérdida de visión, dolor, problemas cognitivos y temblor. Suele aparecer en la juventud.

5. Enfermedad de Graves: Los anticuerpos hacen que la tiroides libere demasiadas hormonas, lo que genera hipertiroidismo.

6. Enfermedad de Hashimoto: l El sistema destruye las células de la tiroides y crea hipotiroidismo: cansancio, depresión, sobrepeso...

7. Enfermedad inflamatoria intestinal: El sistema inmunitario ataca el recubrimiento interior del intestino (diarrea, sangrado rectal, dolor y fiebre). Puede aparecer como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.

8. Síndrome Antifosfolipídico: Auto-anticuerpos antifosfolípidos alteran la coagulación y favorecen las trombosis, abortos de repetición, partos prematuros, bajo peso del feto y/o preeclampsia. Puede asociarse a otras enfermedades autoinmunes.

9. Artritis psoriásica: Afecta a las articulaciones y se da en el 10 y el 30% de las personas con psoriasis. Causa inflamación, rigidez y dolor articular.

10. Síndrome de Sjögren: Afecta a las glándulas productoras de humedad. Produce sequedad en ojos, boca y genitales, pero puede afectar a órganos internos. Se da, sobre todo, en mujeres de más de 40 años.