El aceite de oliva se ha ganado a pulso el primer puesto en alimento saludable dentro de la dieta mediterránea. Y es que sus beneficios son interminables. No solo es admirado por su sabor intenso sino porque además, ayuda a prevenir enfermedades del corazón, distintos tipos de cáncer, diabetes, obesidad e incluso combate el envejecimiento. Os contamos un listado de sus clases:

- Extra virgen. Va en cabeza en cuanto a calidad y se obtiene a través del prensado en frío de las aceitunas recién recolectadas. Está considerado el más sano porque contiene una cantidad indecente de antioxidantes. Los expertos de la Salud recomiendan esta variedad en las ensaladas y pastas.

- Virgen (sin más). Este es ligeramente inferior al anterior, pero no por ello debe descartarse. Es apropiado para freír, saltear y hornear. Además, es perfecto para mantener la piel joven y suave y el cabello brillante.

- Refinado. Uno de los más económicos. Se obtiene a través del procesamiento de aceite de oliva virgen para eliminar su acidez natural. Gracias al refinado al que se ha sometido, pierde su sabor y aroma originales. Lo puedes usar para cocinar, pero no se aconseja como aderezo para ensaladas y demás.

-Puro. Su nombre es engañoso puesto que de pureza tiene poco. En realidad esta variedad es el resultado de mezclar el aceite de oliva virgen extra y el refinado. Al igual que este último, el puro no es aconsejable para ensaladas, pero sigue siendo aceptable para cocinar.

-Ligero. No es que tenga menos calorías, lo que significa es que es del grado más bajo de aceites de oliva. Es decir, que no contiene la misma cantidad de antioxidantes ni nutrientes que otros aceites. Eso sí, sigue siendo válido para la sartén y el horno.

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