¿Es malo beber agua fría?

Beber agua es un gesto fundamental para mantener sano el organismo, una óptima hidratación es sinónimo de un buen funcionamiento de las funciones corporales, mantiene alejadas enfermedades como las cistitis veraniegas y te asegura una piel más hidratada y saludable. ¿El hecho de que sea caliente o fría puede afectar de manera diferente al cuerpo? ¿Qué ocurre en tu organismo cuando bebes agua fría?

Tenga la temperatura que tenga, es innegable que el agua es indispensable para la vida y para mantener una buena salud. Es esencial para mantener el cuerpo hidratado y en verano es fundamental beber más agua dada la pérdida de líquido a través del sudor, algo que también se da al hacer ejercicio.

En la medicina Ayurveda se tiene la creencia de que el agua fría desequilibra el cuerpo y ralentiza el proceso digestivo, por lo que en la cultura india se bebe agua tibia o caliente para mejorar la salud del cuerpo.

Al beber agua fría algunas personas propensas a la migrañas pueden padecer dolores de cabeza, predisponer a resfriados en invierno en sistemas inmunológicos debilitados o agravar problemas previos de deglución o empeorar cuadros febriles. También puede causar problemas de sensibilidad dental.

Aunque el refranero ha creado mala fama al hecho de beber agua fría, 'Agua fría y pan caliente mata a la gente', no hay estudios que sostengan esta afirmación. Sin embargo, se han observado beneficios de la ingesta de agua fría como por ejemplo que beber agua fría durante el ejercicio puede mejorar el rendimiento, y hacerlo después ayuda a estabilizar la temperatura corporal que ha aumentado al practicar deporte.

También promueve la pérdida de peso ya que al beber agua fría el cuerpo quemaría calorías a causa del gasto energético que le supone estabilizar la temperatura. Cuanto más fría esté el agua más energía consumirá el cuerpo para regular ese enfriamiento y volver a tener los 36,5ºC o 37ºC habituales. Una razón de más para beber agua fría si estás en plena operación bikini.

El agua fría se absorbe antes por el torrente sanguíneo ya que abandona antes el estómago, por lo que su efecto hidratante es más rápido y efectivo. El miedo ante un posible corte de digestión estaría infundado ya que beber no tiene el mismo efecto que un baño de inmersión con un cambio drástico de temperatura.

Si quieres superar con éxito la ola de calor, rehidratándote rápidamente y con el añadido de quemar calorías de más, recuerda dejar tu botella de agua en la nevera y beber al menos de 1’5L a 2L diarios, salvo si eres propensa a los dolores de cabeza o tienes sensibilidad dental, en ese caso, opta por temperaturas intermedias, pero haz del agua tu bebida principal del verano y de todas las estaciones.