vivir
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En tu mente. El cerebro de los ratones que consumen sal en exceso se altera. Tras ocho semanas con una dieta rica en sal, los roedores diferencian peor los objetos conocidos de los desconocidos y su sentido de la orientación se ve afectado. Lo han constatado neurocientíficos de la Escuela de Medicina Weill Cornell (EE.UU.), que creen que estos datos se pueden extrapolar a los humanos que adoran la comida salada.
En tu cuerpo. Reducir el consumo de sal puede ser tan beneficioso para el organismo como dejar de fumar. Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine afirma que si la población de EE.UU. tomara 3 g menos de sal al día habría 34.000 ictus y 45.000 infartos menos al año en ese país.
El sodio (que aporta la sal) y el potasio trabajan en equipo. ¿Pero qué pasa cuando tomamos más sodio del que deberíamos? Que el equilibrio se rompe aumentando el riesgo de sufrir cardiopatía e ictus. La solución pasa por reducir el consumo de sal y aumentar el de frutas y verduras, ricas en potasio que baja la tensión arterial.