Al comenzar una dieta de adelgazamiento , e incluso sin hacer una dieta especial, muchas veces nos invade una sensación de hambre y de ansiedad por comer que no se sacia a lo larga del día por lo que nos pasamos comiendo y picoteando toda la jornada. Esto hace que sintamos culpa y que, además de no adelgazar, incluso engordemos. Si quieres saber por qué puedes estar sintiendo hambre todo el tiempo toma nota de estas cinco posibles causas.
Habrás oído hablar de slow food o de mindul eating , formas de poner atención plena durante el acto de comer y disfrutar del momento despacio y en calma para mejorar la digestión, rebajar el estrés y comer menos. Pues bien, si haces todo lo contrario y comes frente al televisor o mientras trabajas con tu ordenador, lo más probable es que comas sin darte apenas cuenta y tu cerebro no pueda lanzar un mensaje de saciedad ya que, según la ciencia, necesitas unos 20 minutos de ingesta para comenzar a sentirte saciada.
Si pones atención a lo que comes, la forma en la que comes y disfrutas de tu plato, tu cerebro estará centrado solo en esa actividad, comerás menos y de forma más sana. Haz la prueba.
Sí, este fenómeno es realmente curioso porque el cerebro puede confundir la señal de la sed con la del hambre y muchas veces puedes creer que tienes la necesidad imperiosa de comer cuando en realidad lo que tiene tu organismo es sed. Cuando te den ganas de darte un atracón y asaltar la nevera primero bebe un vaso o dos de agua y espera unos minutos para ver si se te pasan las ganas. Te sorprenderán las veces que ese antojo incontenible es simplemente sed.
No dormir no solo conlleva pérdida de energía y cansancio, también está íntimamente relacionado con el control de peso. Si no descansas lo suficiente aumentarán tus niveles de grelina (hormona del hambre) por lo que tendrás mucha hambre al día siguiente por ese desajusto hormonal. Sin embargo si te aseguras un buen descanso aumentarán tus niveles de grelina (hormona de la saciedad) que te evitará picar entre horas al día siguiente. Es por esto que se dice que dormir mal engorda.
Aunque es importante tener ciertos niveles de estrés como aliado para mantener la integridad física y adaptarnos a un ritmo y a algunas circunstancias vitales, tener un exceso de estrés es devastador para la salud y por supuesto para mantener la figura.
Un exceso de cortisol (hormona del estrés) en el organismo, va a provocarte ansiedad que te va a hacer comer más, también desequilibrios hormonales y aumento de peso al aumentar la resistencia a la insulina disminuyendo el uso eficiente de la glucosa, es decir, te hará engordar. Trata de mantenerte lo más zen posible para que tu salud mental y tu silueta no se resientan.
Cuantos más carbohidratos simples consumas, como bollería industrial, azúcares, harinas refinadas… más te los pedirá el cuerpo porque está comprobado que crean adicción. Son alimentos con un índice glucémico alto que lo que hacen es que pase el azúcar a la sangre muy rápido provocando picos de insulina. La insulina la segrega el páncreas para eliminar ese exceso de glucosa y lo que hace es almacenarla en forma de grasa (en tu cartuchera o michelín seguramente) y vuelta a empezar porque es un círculo vicioso. El cuerpo te pedirá más una vez que se estabilice la glucosa en sangre produciendo ansiedad y más ganas de comer en un corto espacio de tiempo porque son alimentos que no sacian durante mucho tiempo. Intenta dejar de comer azúcar, harinas refinadas y alimentos ultraprocesados y elige vegetales, grasas saludables y proteína de calidad que, además de tener un valor nutricional alto, son saciantes y van a hacer que no piques entre horas sin parar.
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