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Frutas veraniegas. Son los mejores alimentos para prevenir la deshidratación. Recuerda que el melón o la sandía están compuestos en casi un 95% de agua. Además, son muy versátiles: casi todas las frutas de temporada puedes usarlas en macedonias, ensaladas y sopas frías.
Ensalada verde. "Las verduras de hojas verdes, como la lechuga o las espinacas, son grandes aliadas, pues poseen porcentajes de agua similares a los de las frutas. El apio es otro vegetal con un alto contenido hídrico", explica Natalia Galán, nutricionista de Blua de Sanitas.
Arroz y yogur. Si necesitas una excusa para comer paella, usa la baza de la hidratación. Al cocinarse, este alimento acumula hasta un 70% de agua. Y de postre, yogur, que facilita la absorción de agua en el intestino.
Nuestro cuerpo necesita agua para realizar sus funciones, desde regular su temperatura a lubricar las articulaciones. Si perdemos un 2% del agua de nuestro organismo, sentimos sed, malestar y perdemos el apetito. Si la pérdida aumenta al 5%, aparece la somnolencia, el dolor de cabeza y las naúseas. Por encima del 10% de pérdida, empezamos a delirar.
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