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Los peligros de las bebidas sin azúcar

Los últimos estudios científicos publicados advierten de la relación entre el consumo de las bebidas sin azúcar y el aumento de enfermedades cardíacas.

Las bebidas edulcoradas tienen compotentes químicos derivados del petróleo. / d.r.

David Saldaña
David Saldaña

Cualquier día del final del verano, sentados en una de las miles de terrazas de nuestra geografía o en el sofá de casa, decidimos tomarnos un refresco. Pero no un refresco normal, tiene que ser light, zero o bajo en calorías, como lo queramos llamar. Hay que evitar engordar y mantener la salud como sea. Al menos esto es lo que pensamos o lo que nos han hecho pensar años de campañas publicitarias con personajes famosos como Jesús Vázquez, Santi Millán, Nuria Roca o Taylor Swift (en EE.UU.), por ejemplo.

Resultados concluyentes

A la vista de numerosos trabajos científicos que están viendo la luz en los últimos tiempos, podríamos estar cometiendo un craso error. Sobre todo con el último de ellos, publicado a principios de este mes, la denominada como ‘Investigación prospectiva europea de cáncer y nutrición’ (EPIC). Es un gigantesco trabajo en el que han participado diez países europeos, incluida España, con cerca de 500.000 personas sometidas a estudio desde la década de los 90. Para que se hagan idea del nivel de este trabajo, el estudio de Framingham, que en la década de los 50 relacionó el tabaco y el colesterol con las enfermedades cardíacas, incluía a 5000 personas, cien veces menos que el último de los refrescos.

En este estudio se ha analizado la relación entre el consumo de refrescos y el riesgo de mortalidad que conllevan, entre otros aspectos. El análisis de los datos recogidos ha puesto de manifiesto que los refrescos con azúcar se han asociado a un riesgo de muerte prematura un 8% mayor. Pero aquí viene la sorpresa, las bebidas fabricadas con edulcorantes artificiales (es decir, las light o zero), se han asociado a un aumento del 26% de la misma. ¿Cómo es esto posible?. A priori, el consumir menos azúcar y menos calorías debería ser beneficioso para la salud.

Los refrescos bajos en calorías podrían no ser tan inocuos, el motivo podría deberse a los edulcorantes artificiales utilizados en su fabricación. Hay varios estudios, publicados en prestigiosas revistas científicas, que los relacionan con una alteración de la flora intestinal y con una mayor resistencia a la insulina, favoreciendo la aparición de enfermedades como la diabetes. Pero también se ha asociado a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y a las enfermedades coronarias, entre otras.

Las bebidas con edulcorantes artificiales aumentan en un 26% el riesgo de muerte prematura.

Hay mucha gente que no sabe que alguno de estos edulcorantes tiene poco de natural. Por ejemplo, la sacarina fue descubierta por casualidad por el químico ruso Constantin Fahlberg cuando se sentó a cenar después de trabajar en su laboratorio con compuestos de alquitrán, en el año 1879. Hoy en día es un negocio millonario y se fabrica a partir de la síntesis química del tolueno, derivado del petróleo.

Pero hay edulcorantes que si son naturales. Por ejemplo, la stevia se fabrica a partir de una planta que tiene el mismo nombre. El proceso de elaboración solo conlleva un calentamiento a 60 grados, y una filtración para obtener el producto. Esta sustancia ha sido utilizada por los guaraníes desde hace 1500 años, pero misteriosamente su uso no ha sido aprobado por la FDA, administración encargada de aprobar los alimentos y medicamentos para su uso en EEUU. La industria de los edulcorantes mueve millones, a nivel mundial. ¿Será uno de los motivos de esta prohibición?, al menos así se señala en las redes sociales.

Edulcorantes naturales

Hay que ser cautos con estos hallazgos. Mientras tanto, lo más sano que podemos respirar es el aire y lo mejor que podemos beber es agua, miles de años de evolución lo avalan. Pero si en un momento le apetece tomar un refresco dulce, revise bien en las estanterías de su supermercado, porque hay bebidas hechas con edulcorantes naturales, solo es cuestión de buscarlas.