vivir
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En el trabajo. La próxima vez que no seas capaz de recordar lo que se dijo en la última reunión, échale la culpa a tu respiración. Un estudio publicado en el Journal of Neuroscience afirma que recordamos mejor objetos y situaciones si nos exponemos a ellos respirando por la nariz y no por la boca.
Al hacer ejercicio. La respiración adecuada te ayuda a lograr el rendimiento que estás buscando y previene las temidas agujetas y el flato. Al correr, inspira por la nariz y expulsa el aire por la boca, aunque si tu entrenamiento incluye sprints puedes tomar el aire por la boca en pequeñas dosis. Al hacer abdominales o pesas, nunca inspires en el esfuerzo, ese es el momento de soltar aire poco a poco.
El aire que exhalas contiene sustancias que indican lo estresada que te sientes. Así lo afirma una investigación publicada en Journal of Breath Research, que revela que existen seis marcadores moleculares en el aliento que permiten medir los niveles de estrés a los que estamos sometidos justo en ese momento.